Se impone un seguimiento de este comercio

?ras la ampliación, la nueva frontera este de la UE aumenta considerablemente su longitud pasando de 2.400 a 3.300 kilómetros y deberá ser vigilada por siete países, en lugar de los tres actuales. Los controles comunitarios del comercio ilegal de flora y fauna silvestre son muy complejos porque sólo se realizan en las fronteras externas. Por eso, una vez que un animal o una planta hayan traspasado esa línea, pueden desplazarse libremente de un país a otro. Por su parte, la autora del estudio de Traffic, Stephanie Theile, ha afirmado que «resulta muy urgente una mejor coordinación y cooperación entre las autoridades encargadas del cumplimiento de esta normativa de los Veinticinco para mejorar su capacidad de enfrentarse eficazmente a este comercio ilegal. Los Estados miembros tienen que garantizar que quienes se encargan de este control trabajen juntos para impedir la entrada de los traficantes ilegales de vida silvestre al mercado de la UE ampliada». El informe concluye instando a todos los gobiernos a que establezcan un grupo de intervención que realice un seguimiento del comercio ilegal de vida silvestre y aumenten sus esfuerzos para eliminar esta práctica, especialmente en los diez nuevos países miembros, que ahora se encuentran en primera línea de la UE.