Los expertos piden que se incremente la vigilancia para poner coto al comercio ilegal de flora y fauna
La ampliación de la UE puede favorecer el tráfico ilegal de especies en peligro
En dos años entraron ilegalmente en Polonia y Malta más de un millar de tortugas
Desde el pasado uno de mayo, diez nuevos países han entrado a formar parte de la UE, lo que la convierten en uno de los principales mercados de biodiversidad del planeta. Sin embargo, no debemos olvidar que la llegada de especies foráneas de flora y fauna y su incorporación al medio natural provoca graves alteraciones sobre los ecosistemas al entrar en contacto con algunas de las autóctonas, poniendo en peligro su existencia o transmitiendo enfermedades y parásitos. En la actualidad, tanto el de Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente como la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas (Cites) prohíben y controlan las exportaciones de unas 3.000, que están en peligro de extinción o son vulnerables. A título de ejemplo, sólo en el periodo 1996-2002 los Quince importaron 6 millones de aves, 1,5 de reptiles (iguanas, serpientes, tortugas y cocodrilos), 21 de orquídeas y 570 toneladas de caviar. Las nuevas incorporaciones, además de suponer la desaparición de las fronteras entre los estados miembros y el libre movimiento de especies, colocan a estos países como la primera línea de control para las importaciones de flora y fauna silvestre. Por eso, los expertos temen que los comerciantes se aprovechen de esta ampliación para blanquear las especies obtenidas ilegalmente e introducirlas en el mercado único de la UE. Mercado negro Ante la importancia del comercio ilegal de especies amenazadas, Traffic (la red de control de comercio de vida silvestre) y la organización ecologista WWF/Adena han dado a conocer el informe «Ampliando las fronteras: nuevos retos para el control del comercio de vida silvestre en la UE», en el que ponen de manifiesto que las diferencias en los controles del comercio con vida silvestre entre los países miembros actuales y nuevos de la UE, han permitido durante años a los traficantes importar legalmente a la UE especies prohibidas (tortugas, loros, serpientes, lagartos, orquídeas). Igualmente, expresan la preocupación porque los comerciantes de los nuevos socios comunitarios utilicen la oportunidad para introducir especies ilegales conjuntamente con sus existencias legales, declarándolas como criadas en cautividad o afirmando que existían antes de su inclusión en la lista Cites. Según recoge el informe, sólo en el periodo 2000-2002 se introdujeron ilegalmente en Polonia y Malta más de 1.000 tortugas de Kleinmann, una especie amenazada, y es muy probable que, con la apertura de las fronteras, estos ejemplares encuentren compradores en el mercado negro de la UE. También existen indicios de que se mantienen ilegalmente loros amazona y tortugas de Madagascar (ambos amenazados) en la República Checa, que pueden venderse ilegalmente por miles de euros. El estudio descubrió también que muchos comerciantes de algunos países adheridos mantenían existencias legales e ilegales a la espera del cambio de fronteras. En este sentido, Cliona O'Brien, responsable de comercio ilegal con vida silvestre de WWF/Adena, ha asegurado que «el cambio de fronteras podría allanar el camino para un aumento de comercio ilegal con algunas de las especies más amenazadas del mundo. Los países que eran miembros ya se enfrentan con grandes dificultades para controlar este comercio ilegal y los nuevos estados van a tener que luchar denodadamente, porque ahora serán ellos los guardianes de las puertas de entrada a la UE».