Boa y tornaboa
FARTUCOS de melindre seco y novia mojada estamos todos. Culminóse el catapún nupcial y ahora viene el resacón de colorín y cuché, forraje de kiosko y pelu, pasto en forcado para un rebaño en vecera que cuida y orienta la tele. Pasó la boa con su serpiente multicolor aristocrática y hasta con socialistas en chaqué (dígase «saqué» en oposición a «metí»). Pasó la boa. No fue lo peor. Aún estamos en tornaboa. Todos contentos. La calle de España estuvo vacía, los mercados, la sabatina de parque, los curros... Esa boa engulló todos los comentarios. Ni el zapping libró a quien huía de la dictadura del casorio; todas las cadenas nos apresaron en la cárcel de la emoción mebrillera, calabozo de chismorreos: el de Janofer se mamó, la Carolina torció el morro y se fue sola, la Botella era botellón con tapón de sombrero, mira la Sonsoles que rechula va, el de Inglaterra se piró a los postres, jarreó el cielo llorando el despilfarro, había más polis que paisanas con banderitas y grititos de plebe plebeya, el pueblo de Madrid se quedó en la cama o en el café y ya no jalea realezas como cuando la Chata, la patada del Froilán tenía un guantazo que nadie le solmena, el único rostro principesco fue el de Letizia, dice Raúl del Pozo, porque Felipe tiene cara de marine, de trapos y pamelas se visten nuestras frases, nuestra tirrias y envidas secretas, la reina, vestida de mantilla y almohadón sobrado, ponía risa breve de cuero tieso y repujado en la bigotera, Ágata vistió su cagadita, la de Alba para ella tenía, la corrupción tuvo su silla y su corona, el Marichalar se puso verde, era boda-pasarela, a los guajes infanzones les vistieron como para posar ante Goya en cuadro de Carlos IV, la tristura del cardenal funeralizó la homilía, no hubo sidra en el banquete, Rania y Noor se miran con bala en los ojos, Rocío Jurado no estuvo y se gradece, hubo moros con turbante de seda y cara de parecer eje del mal, mucha casa real se personó, pero la mitad está en paro, el rolls de Franco tuvo la culpa de la lluvia pantanera... mientras en plazoletas alejadas de la España rinconera algunos republicanos protestaban o cantaban: «La infanta doña Eulalia se tapaba el tipití con una dalia; la infanta doña Isabel se tapaba el tipití con un clavel. Moraleja. Hay que echar de España a las infantas por el mal uso que hacen de las plantas»... Estamos de tornaboa.