Cogidos de la mano y vestidos con ropa y zapatillas deportivas, la pareja se mezcló entre los turistas que admiraban los templos nabateos de Petra.
Los Príncipes de Asturias posaron entre las ruinas y la vistosidad de los camellos.
El Príncipe, que llevaba la cámara de fotos al hombro, tomó muchas instantáneas de su esposa buscando el ángulo adecuado y más vistoso para plasmar los principales rincones históricos.
La pareja hizo caso en todo momento a las explicaciones del guía y doña Letizia llevaba una guía turística para no perderse ningún de talle.
La pareja eligió como destinos para la jornada las localidades Sos (Zaragoza), Olite (Navarra) y San Sebastián.
Equipados con cámara y guía turística, recorrieron los lugares más representativos de estos lugares.
Tras dormir en Zaragoza, Don Felipe y doña Letizia, visitaron a primera hora la localidad de Sos del Rey Católico.
Los recién casados saludan antes de entrar en la Iglesia Parroquial de San Esteban de la localidad Zaragozana.
Los Príncipes de Asturias causaron movieron multitudes en Sós, cuya población no desaprovechó la oportunidad de poder ver a los jóvenes príncipes en persona.
A continuación, pusieron rumbo a Olite, donde pudieron contemplar su conocido castillo.
Allí, el viento sorprendió a Letizia, que tuvo que saludar a los vecinos sin dejar de estar pendiente de su falda.
Y, como no, varios niños se les acercaron pidiendo autógrafos.
El último destino del día, y problamente de su ruta por España, fue San Sebastián.
Allí los novios se mostraron en actitudes cariñosas.
Como una pareja cualquiera, el Príncipe fotografió a su esposa con la playa de la Concha al fondo.
Y los dos se hicieron una foto con la escultura de Chillida, Buscando la luz.
También aprovecharon para hacer una visita al restaurante de Arzak y Adriá, los cocineros que prepararon la cena de gala que se celebró en el Pardo la víspera de su boda.
Felipe y Letizia se pasearon por la ciudad, con total naturalidad, dejándose ver y recibiendo el cariño de los conquenses. Habían llegado el día anterior por la noche.
El ya matrimonio se mostró mucho más afectivo y natural que en la boda.
Tras visitar la catedral, la pareja continuó su visita bajando hasta el mirador situado junto a la antigua iglesia de San Miguel para contemplar la panorámica que ofrece la hoz del río Júcar, antes de volver a subir a la Plaza Mayor.
De Cuenca, pasaron a Albarracín, donde recibieron el cariño de sus habitantes.
Felipe y Letizia se sacaron fotografías el uno al otro, como cualquier otra pareja de turistas.
Tras comer y dar un paseo, la pareja dejó la pequeña localidad turolense para poner rumbo a Zaragoza.
Miles de personas se congregaron en la plaza del Pilar, creando incluso situaciones de agobio a la pareja.
Los Príncipes realizaron una ofrenda a la Virgen del Pilar.
Los novios posaron así de felices en la Basílica del Pilar.
Los Príncipes de Asturias comenzaron su viaje el domingo 23 de mayo en Cuenca, cenando y pernoctando en la ciudad manchega.