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Los expertos apuestan por una mayor implicación de los habitantes en las zonas protegidas

Los plásticos microscópicos oceánicos pueden llegar a afectar a la cadena alimentaria Suiza y España analizan la gestión y conservación de sus espacios naturales

Se considera preciso armonizar el desarrollo social y económico con la protección de espacios naturales

Publicado por
F. González T. Fernández - león león
León

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Hasta ahora se sabía que las miles de toneladas de plástico que son arrojadas al mar cada año suponen un peligro para los peces, mamíferos y aves marinas y que la microbasura plástica que se encuentra en los océanos tenía un bajo poder contaminante a nivel global sobre las especies. Sin embargo, un reciente estudio elaborado por investigadores británicos, dirigido por el profesor Richard Thompson, concluye afirmando que los fragmentos microscópicos de nylon, polietileno, metacrilato o poliester son ingeridos por percebes y crustáceos con consecuencias ambientales aún impredecibles. Si en un principio sólo se habían encontrado en aguas y sedimentos del Atlántico Norte, la investigación ha demostrado que su distribución abarca todos los hábitats marinos (playas, estuarios, sedimentos, mar abierto, plancton) y son el resultado de la degradación de cuerdas, redes, embalajes y otros objetos arrojados a los océanos. Los científicos examinaron muestras de plancton recogidas desde los últimos cuarenta años pudiendo constatar que cuanto más recientes eran mayores eran las concentraciones de fragmentos de plástico, la mayoría de los cuales no superaba las 20 micras de diámetro. Para analizar los efectos de esta basura, introdujeron micropartículas plásticas en acuarios que contenían lombrices de arena, percebes y anfípodos (un tipo de crustáceos) pudiendo comprobar que todos ellos los ingerían en pocos días. No obstante, el profesor Thompson advierte que hay que seguir investigando para determinar si el plástico es degradado en el intestino y sus sustancias tóxicas pasan a la cadena alimentaria. El Palacio de Congresos y Exposiciones de Salamanca ha acogido entre los días 17 y 19 de mayo el I Simposio Hispano Suizo sobre «La integración social de los espacios naturales protegidos». Las jornadas son el resultado de la colaboración entre la Junta de Castilla y León y el programa MiraSuiza, cuyo objetivo es dar a conocer la singular diversidad y la belleza del patrimonio natural y cultural de ambos territorios. La inauguración estuvo presidida, entre otras autoridades, por la consejera de Medio Ambiente, María Jesús Ruiz y el embajador de Suiza en España, Josef Doswald, y se contó con la presencia del premio Cervantes 2002, José Jiménez Lozano y del científico Bertrand Piccard, presidente de la sociedad «Solar Impulse», quienes se encargaron de pronunciar la sesión inaugural. Según se puso de manifiesto en sus intervenciones, el desarrollo sostenible es uno de los retos más importantes para nuestra sociedad. En este sentido, María Jesús Ruiz defendió «la importancia de que la sociedad esté implicada en la búsqueda del desarrollo sostenible y que los responsables públicos sepan trasladar la preocupación de los ciudadanos y la mejora de la calidad de vida a las políticas que permitan gestionar mejor los recursos». Una tarea a la que el profesor Piccard hace responsables a empresarios, políticos, educadores y ecologistas. Según afirmó, «a estos últimos les corresponde trasladar las preocupaciones de los ciudadanos siendo responsables del 40% de las iniciativas medioambientales tomadas por los políticos». Desarrollo y conservación Además, recordó que el desarrollo sostenible no consiste en contar con parques naturales y paisajes bonitos, sino en consumir menos energía y contaminar menos, por lo que abogó por potenciar las fuentes de energías renovables. Este I Simposio Hispano-Suizo contó con la asistencia de expertos interesados en el desarrollo sostenible de los espacios naturales, y la participación de treinta ponentes procedentes, además de España y Suiza, de Portugal, Alemania y Chile que ofrecieron, desde una triple perspectiva medioambiental, social y económica, una visión amplia sobre cómo sociedades diferentes son capaces de gestionar y conservar sus áreas protegidas. Entre otras cuestiones, se defendió la idea de armonizar el desarrollo con la conservación de los espacios naturales, y la de que el turismo, junto al comercio y la agricultura, es la fuente más importante de desarrollo económico para los habitantes de los espacios protegidos, aunque matizando que cualquier iniciativa que se ponga en marcha debe contar con el apoyo de la población. Además, se expusieron experiencias de gestión como las que se realizan en los Parques Nacionales de Suiza, Alemania y en los espacios naturales de Andalucía y Cataluña.

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