Devoción a la Virgen de Tecla

Multitud de romeros en Villaverde de Arcayos La cita mariana con la Virgen de Tecla en Villaverde de Arcayos volvió a congregar a un importante número de romeros en esta localidad. Su procedencia era muy variada, de Cistierna, Guardo, Puente Almuhey, Sahagún, Almanza, entre otros lugares. El buen tiempo acompañó a los asistentes que estuvieron presentes en la campa de la ermita que registró un ambiente festivo por todo lo alto. La máxima aspiración de los presentes fue poder pujar a la virgen, que pasó de hombro en hombro. La jornada se inició con una eucaristía dirigida por el párroco de la localidad que estuvo acompañado por un numeroso grupo de sacerdotes. Una vez finalizado este acontecimiento, la virgen salió en romería por la campa mientras unos músicos amenizaban su desfile. Los asistentes degustaron una suculenta comida campestre que fue seguida de una sobremesa muy animada en la que los asistentes intercambiaron opiniones sobre los temas más variados. Entrada la tarde, los presentes rezaron el santo rosario y cantaron las letanías que la tradición popular mantiene vivas. La importancia de las mismas reside en que se recitan en latín, lo que las hace muy peculiares e interesantes para todos aquellos que no las conocen. El párroco de Villaverde de Arcayos se mostró muy satisfecho con la presencia de los devotos que año a año participan de la fiesta y de las actividades que la rodean. El responsable de la ermita no perdió la ocasión para reclamar el arreglo del templo cuya cubierta se encuentra muy deteriorada al igual que la espadaña. La ejecución de los citados arreglos supone un total de 40.000 euros para lo que ha sido necesario pedir un crédito a Caja España. El Proder de Sahagún colaborará con 18.000 euros y el Ayuntamiento se ha comprometido verbalmente a contribuir con el 10% del proyecto. El resto lo aportarán los donativos de los feligreses. Esta fiesta, a la que todos los años acude un gran número de gente sin importarles las condiciones climatológicas ni las distancias, provoca que el templo no tenga cabida suficiente, por lo que muchos de los presentes se tienen que conformar con seguir el acto desde el exterior del mismo.