El Papa pone a prueba su salud

UN ENCUENTRO con los jóvenes y una misa multitudinaria serán los momentos más importantes del viaje que el Papa emprende hoy a Suiza, una visita de dos días en la que volverá a poner a prueba su delicado estado de salud. Con este viaje, el anciano Pontífice quiere dejar también patente que seguirá con sus periplos por el mundo, allí donde la Iglesia le necesite, mientras Dios quiera. Juan Pablo II, de 84 años, que se desplaza en una silla especial que le permite incluso oficiar misa sin levantarse y que se ha convertido en la nueva silla gestatoria del Pontificado, será recibido por el presidente de la Confederación Helvética, el católico Joseph Deiss, con quien mantendrá un breve encuentro. Después recorrerá en automóvil los 55 kilómetros que separan el aeropuerto hasta la residencia de ancianos Viktoriamheim, regida por las Hermanas de la Caridad de la Santa Cruz, donde se alojará durante su estancia en Berna. Juan Pablo II descansará entre las 75 religiosas y los 80 ancianos que se alojan en la residencia, mejor preparada para acogerle -dado que se desplaza en sillas de ruedas- que la Nunciatura, donde se aloja en sus viajes por el mundo. A las 18.15 horas del sábado se reunirá con unos 16.000 jóvenes en el Palacio del Hielo. El lema del viaje es Levántate y Juan Pablo II reflexionará con los jóvenes sobre el futuro de la Iglesia, el compromiso de los muchachos en la evangelización y sobre como pueden ser creíbles en la sociedad actual, cada vez más secularizada. Canciones modernas y música latina se mezclarán con coreografías, danzas y vídeos musicales. Mañana, Juan Pablo II oficiará por la mañana una misa multitudinaria en la explana existente ante el Palacio de Hielo, a la que se esperan asistan unas 50.000 personas. Durante la misa se presentarán ampollas con agua de los cuatro ríos de Suiza, símbolo de las cuatro comunidades lingüísticas que la componen (francesa, alemana, romanche e italiana). También se rezará en los cuatros idiomas del país, así como en español, portugués y albanés. A la misa había sido invitada una delegación de la iglesia reformada, pero la Federación de las Iglesias Protestantes en Suiza ha rechazado la invitación porque la Iglesia de Roma impide la intercomunión entre los católicos y los fieles de las otras confesiones cristianas. Los protestantes sí enviarán una delegación a la reunión con los jóvenes, a los que llama centinelas del futuro. Después almorzará con los obispos de la Conferencia Episcopal Suiza y con los cardenales y obispos que le acompañarán. A media tarde del domingo se reunirá con la Asociación de Ex Guardias Suizos vaticanos en una explanada cercana a la residencia donde se aloja. Para resaltar los vínculos entre el Papa y la Guardia Suiza, cuatro guardias suizos de las cuatro zonas lingüísticas le acompañarán durante el viaje. A las siete de la tarde regresará a Roma, a donde llegará dos horas más tarde y podrá fin a su 103 viaje por el mundo en sus 25 años y medio de pontificado y el tercero que realiza a Suiza, donde ya estuvo en 1982 y 1984. Juan Pablo II volverá a viajar el 14 y 15 de agosto, cuando se trasladará a Lourdes (Francia) para conmemorar el 150 aniversario de la promulgación del dogma de la Inmaculada Concepción.