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Francia celebra su primera boda gay en medio de la polémica

El enlace entre Bertrand y Stéphane levanta una gran controversia social, jurídica y política

Bertrand y Stéphane, durante la ceremonia de su matrimonio

Publicado por
María Esperanza Suárez - corresponsal | bègles
León

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Bertrand y Stéphane tienen ya en su poder el libro de familia que les acredita como matrimonio, el primero entre homosexuales celebrado en Francia. Un largo beso sellaba ayer su unión  en el ayuntamiento de Bègles, próximo a Burdeos, ante un centenar de invitados, muchos más periodistas y un impresionante dispositivo policial. La felicidad de la pareja puede ser, sin embargo efímera : el ministro de Justicia ha anunciado que mañana  se presentará demanda de nulidad y el de Interior  ha abierto expediente sancionador contra el alcalde verde que se ha atrevido a desafiar incluso al primer ministro. La ceremonia se celebró con muchos nervios y 10 minutos de retraso. Los testigos llegaron tarde, después de esquivar a los cientos de manifestantes a favor y en contra de la boda que se habían congregado a las puertas del ayuntamiento. Los novios no encontraban las alianzas, que finalmente aparecieron, con lo que el edil, Nöel Mamère pudo leer los artículos del Código Civil relativos al matrimonio para concluir  que «en nombre de la ley, os declaro unidos por los vínculos del matrimonio». Precisamente es  el incumplimiento de la ley  lo que invoca el ministro de Interior, Dominique de Villepin para  anunciar un procedimiento de sanción que puede costarle al alcalde ecologista la revocación de sus funciones y un año de inhabilitación política. En una reacción de inusitada rapidez, Villepin convocaba a la prensa  apenas una hora después de celebrada la ceremonia. Sin querer entrar en el debate de fondo, el ministro se dijo dispuesto a hacer «respetar la ley republicana en el conjunto del territorio» , una ley que Mamère habría infringido como representante del Estado en su calidad de oficial  civil. El fiscal del departamento de Burdeos ha recibido instrucciones precisas del ministro de Justicia para que la legalidad del matrimonio sea lo más breve posible y mañana mismo dará curso a la tramitación de la nulidad. El gobierno está dispuesto a  cortar por lo sano para evitar que se reproduzcan este tipo de desacatos: el alcalde ha desoído incluso las solemnes advertencias que desde el Asamblea Nacional le lanzó el primer ministro, Jean-Pierre  Raffarin. La eficacia del ejecutivo ha sorprendido a Mamère,  que la interpreta como un guiño «al sector más conservador de su electorado». El hecho de que su revocación tenga que pasar por el Consejo de Ministros y precise la firma del presidente de la República le parece  una «dramatización» innecesaria, especialmente  cuando «a la sociedad le preocupan otras cosas mucho más graves». Bertrand y Stéphane  viven  este fin de semana una  ilusión de legalidad que han querido compartir con el movimiento homosexual; tras  conceder decenas de entrevistas, fueron los más aplaudidos en la Parada Gay de Burdeos y reunieron a sus amigos y familiares en una monumental fiesta cuyo lugar se mantenía celosamente secreto para conceder a los recién casados un poco de intimidad tras esta ceremonia celebrada bajo «alta vigilancia». 

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