El Papa condena la tortura en Irak y la violencia contra el hombre
Juan Pablo II llega ayer en el «papamóvil» a la plaza de Berna
El Papa Juan Pablo II denunció ayer en Suiza las torturas y otras violencias perpetradas contra los seres humanos durante la misa celebrada al aire libre en Berna ante unos 70.000 fieles. En esta oportunidad se refirió a «la gran tradición de respeto por el hombre» de Suiza, «colocada bajo el signo de la cruz: la Cruz Roja». En una homilía, afirmó que el amor de Dios es «la verdadera fuente de la grandeza del hombre», la «raíz de su indestructible dignidad». «En todo ser humano se refleja la imagen de Dios», destacó, agregando que «esta es la profunda verdad del hombre que, en ningún caso, puede ser negada o violada». «En definitiva, todo ultraje al hombre constituye un ultraje a su creador, que lo ama con un amor de padre», señaló. El pasado viernes, el Papa condenó implícitamente ante el presidente estadounidense, George W. Bush, las torturas sufridas por prisioneros iraquíes, al evocar los «deplorables acontecimientos» de «estas últimas semanas». | efe