Truchas con mucha gula
El restaurante valenciano Casa Granero se llevó la mayoría de los premios de la Semana Internacional de la Trucha el día en que la Junta declaró el concurso de Interés Turístico Regional
Para Don Quijote, el hombre debería ser siempre frugal en lo que a comer y beber se refiere. Pues bien, este modesto cronista gastronómico, al que ayer distinguieron con el cargo de jurado del afamado concurso culinario de la Semana Internacional de la Trucha, no ha practicado esta máxima, sino que ha rendido contumaz culto a la insaciable gula de Sancho Panza. Más de ochenta participantes presentaron sus espléndidos platos al concurso, y los jurados, confusos ante tanta acumulación de manjares, comenzaron resignadamente su periplo de mesa en mesa, en una peregrinación que cambió el caminar por el degustar, los pasos por los bocados, la fatiga por el empacho. El cronista, que había hecho preventivo ejercicio de abstinencia durante 24 horas, fue sacándole gusto a las viandas y de una en otra comulgó con todas. Para ser exactos y dicho sea con perdón, se saltó, casi al final del periplo, un monumental cocido maragato, ante el que, la verdad, se sintió inapetente y calificó a la buena de Dios, que Él le perdone. Si el concurso fue pantagruélicamente delicioso, estéticamente fue una gloria. Inmenso placer proporcionaban a la vista las monumentales creaciones de los cocineros levantinos, que se trajeron al histórico escenario del Hostal de San Marcos, auténticas fallas en miniatura, que arrasaron con todos los premios de presentación. Mientras la Asociación de Empresarios de Hostelería sumaba con minuciosidad de notario las puntuaciones de unos y otros, llegó la noticia de que la Semana Internacional de la Trucha y su Concurso gastronómico acaban de ser proclamados como de Interés Turístico Regional, por la Junta de Castilla y León, merecido nombramiento que aplaudido por todos los presentes con fervoroso entusiasmo. Los primeros premios de presentación y degustación, tanto en platos de trucha, como en platos libres, se los llevó, con todo merecimiento, el afamado restaurante valenciano Casa Granero, habitual triunfador en este certamen en sus últimas ediciones. El de plato tradicional fue para el restaurante astorgano Juan Luis. Los de pastelería se los repartieron Los Prada de Madrid y la leonesa Fuensanta. Siendo la Mención de Honor de Diario de León para el restaurante levantino Roc III. Y hubo segundos y terceros premios y numerosas menciones que por fuerza mayor quedan fuera de esta crónica de urgencia. Una buena siesta hubiera hecho falta para digerir tantas y tan ricas viandas, pero los hoteleros invitaron, con evidente redundancia, a los ya saciados jurados un opíparo almuerzo...