¿Urna o portería?
EUROPA, vade retro y va de ala, dijeron las urnas abstenidas. Europa es una feria y poco más, el gran mercado al que se acude con huevos y se vuelve con avalorios. Los eurodiputados se instalan en la estratosfera de Estrasburgo y de ellos apenas sabremos nada en los próximos años. Suponemos que trabajan en la construcción de esta continentalidad tan fragmentada y que, aunque entelequia, Europa es una entidad del futuro. ¿Existe Europa y una voluntad europea que nos haga comulgar con ese futuro? Teruel existe porque hay allí una coordinadora ciudadana que se empeña en proclamarlo, pero ¿y Letonia, Chequia, Estonia... existen? Las evaluaciones que han efectuado los partidos sobre la siesta electoral que dio la mayoría absoluta a la abstención vienen a concluir que hay que reflexionar por no haberse transmitido correctamente el concepto europeo y la importancia que tiene la Unión. Esa reflexión debe ser la cebada que le pondrán ahora al rabo de la burra muerta. ¿De qué se asombran? En mítines y declaraciones se habló de todo menos de Europa. Lo doméstico privó; mandó el ombligo. Tópicos y etereotipos engordan nuestro supino desconocimiento de la realidad europea, nuestras distancias que a veces asoman insalvables. Las fronteras son todavía heridas mal cicatrizadas de treinta siglos con mil guerras. Europa todavía no se piensa a sí misma. Las urnas lo confirmaron. Otra cosa es el fútbol europeo. Aquí pintan bastos, patadas y pasión popular. Los países que se pegan por un cuero redondo despiertan un inusitado interés colectivo. Nos va más la pugna que la concordia. Si en vez de elecciones hicieran una liguilla de países, las urnas serían como las gradas, que aparecen abarrotadas esperando que el primer ministro Zidanne cañonee a la royal navy de milord Beckam, que los croatas aniquilen a los eslavos de su entorno o que Valerón ponga una pica en el peñón de Gibraltar. Si la Unión no nos va, fomentemos la desunión y la pugna. Seguiremos sin creer en Europa, pero tendremos fe en su Liga. Introdúzcanse primas: el país que más vote se llevará más tajada del presupuesto. Cópiese la estrategia futbolera aplicando a las urnas un sistema de golaverage. No parece verse por el ahora otro modo de estimular la fe y romper esta siesta que nos amodorra.