A pesar de los últimos aparatos presentados, pensados para los más intrépidos, los niños siguen siendo los verdaderos protagonistas de la feria.
La montaña rusa instalada en León es uno de los platos fuertes del recinto.
El barco pirata es otra de las atracciones que este año repite en León.
La montaña rusa acuática es ideal para el intenso calor, propio de estos días de verano.
Este año, el recinto ferial ocupa una superfie de más de 40.500 metros de diversión.
Entre las novedades de este año destaca el Extreme y el Flic-flac.
No todas las atracciones son adecuadas para todo el mundo. Este año, las emociones al límite estás servidas.
No puede haber feria sin el tradicional algodón que dulcemente se deshace en la boca.
La noria presentada este año es la desmontable más grande de Europa. Ha sido traída desde Barcelona y tiene una altura de 70 metros. Las vistas son inmejorables.
El tren de la bruja sigue siendo una de las atracciones favoritas para los más pequeños y para todo aquel que le guste recibir escobazos.
Esta es la cara de susto que se le quedó a esta chica después de caer del toro mecánico.
Pocos son los que logran mantenerse a lomos de este animal.
El recinto dispone de 13.000 metros de calles asfaltadas y tres grupos de aseos.
En total son 200 las atracciones y los puestos comerciales que se instalan en el recinto. Los visitantes pueden dejar sus coches en el aparcamiento de Carrefour, gracias a la autorización de la firma.
Subirse a una de estas atracciones tiene además el aliciente de poder disfrutar de algunas de las imágenes aéreas más impresionantes de la ciudad.
Los niños son los que más disfrutan de los aparatos. Para ellos, los caballitos y los coches mecánicos, siguen siendo su mejor regalo para estas fiestas.
Una familia de feriantes, delante de su caseta.
Para los amantes de las nuevas sensanciones, la feria de León ofrece este año una variada oferta.
Los peluches, y demás regalos, aguardan a que la puntería de algún visitante, le haga cambiar de dueño.