Diario de León

La nave «SpaceShipOne» logró ascender hasta los 103 kilómetros de altura en un exitoso viaje que pasará a la historia

El primer vuelo privado abre una nueva era en la explotación turística del espacio

El cohete llegó a alcanzar una velocidad tres veces superior a la del sonido

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Raúl Romar - redacción
León

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«Hemos abierto una nueva página en la historia de la aviación». Con estas palabras, Paul Allen, cofundador de Microsoft y mecenas de la pionera aventura de turismo espacial, saludó la llegada a tierra del piloto de pruebas Mike Melvill que, a sus 62 años, se convirtió en el primer hombre en alcanzar el espacio en un vuelo privado. A bordo de su nave, el SpaceShipOne , alcanzó una altura de 103 kilómetros, 23 kilómetros por encima de la frontera oficial del espacio. La hazaña, que abre una nueva era en la explotación del turismo suborbital, fue seguida con entusiasmo por las miles de personas que se acercaron al desierto californiano de Mojave, donde a las tres y media de la tarde (hora española), partió hacia la historia el SpaceShipOne, que en su despegue iba incorporado al avión transportador White Knight. La nave nodriza elevó el cohete hasta los 15 kilómetros de altura. A partir de ese momento, Melvill encendió los motores para ser propulsado a una velocidad tres veces superior a la del sonido hasta alcanzar los 103 kilómetros de distancia con la Tierra. La ya con el motor apagado, permaneció durante unos tres minutos y medio en el espacio exterior y posteriormente inició el descenso como un planeador. Durante este tiempo, el piloto experimentó la ingravidez. El aparato comenzó una caída libre hasta los 60 kilómetros, umbral en el que su tripulante empezó a sentir el efecto de la atmósfera en las alas y el de la gravedad sobre sus espaldas. Luego de atravesar las capas superiores de la atmósfera, Melvill maniobró el SpaceShipOne en vuelo planeado desde una altura de 25 kilómetros hasta posarse en la pista de partida, donde lo esperaba una multitud para saludar su proeza. «Fue algo asombroso, durante el viaje me ha volado la mente. La vista desde el espacio es espectacular», explicó Mike Melvill a su llegado a tierra. Fueron 90 minutos para la historia. El éxito no será efímero, ya que la aventura, financiada por Paul Allen con veinte millones de dólares (16 millones de euros), tendrá continuidad dentro de unos quince días. Rutan propietario de la empresa Scaled Composites, que puso en marcha el prototipo, pretende impulsar el turismo espacial, aunque reservar un billete no será barato. En un primer momento costará 100.000 dólares. Luego, cuando otras compañías empiecen a ofrecer competencia, la tarifa se reducirá a 10.000 dólares. En cada vuelo viajarán tres personas.

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