Rabelada junto al Órbigo

San Xuán/ san Xuán/ san Xuán y la Magdalena/ fueron juntos a melones/ y en el medio'l melonar/ san Xuán perdió los calzones. .. Así, como ésta que se cantaba en Riaño, son las coplas que se lanzan al aire mientras se toca el rabel: canciones irreverentes, humorísticas y, por lo tanto, muy divertidas. El rabel, una especie de rústico violín ligado a la vida de los pastores y los pueblos trashumantes, es también un instrumento popular leonés: estuvo vivo hasta hace una década en la Montaña Oriental, sobre todo en el valle de Riaño (en Las Salas vivió uno de los últimos rabelistas tradicionales, Alfredo González), a lo que hay que añadir el recuerdo del arrabelista de Boñar y de muchos otros músicos procedentes de puntos de la montaña como, por ejemplo, el valle del Torío. Ahora, la Asociación Cultural Tornadera, de La Bañeza, y el Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo han querido otorgar un nuevo impulso y un nuevo vigor a este instrumento del sentir popular, a esta «voz del pueblo» que se empleaba sobre todo para poner en evidencia a los poderosos, con el primer Festival Provincial de Rabel, que hoy tendrá lugar en la plaza de España de Veguellina de Órbigo a partir de las 22.00 horas (si el tiempo lo impide se celebrará en el cercano Círculo Cultural). En esta rabelada popular participarán varios intérpretes leoneses y un artista invitado: el cántabro Chema Puente, gran tañedor de rabel y cantante, todo un emblema del resurgir del rabel en la vecina comunidad autónoma, donde este instrumento ha experimentado un auge enorme llegando a convertirse en el verdadero símbolo musical de la región. En cuanto a los artistas leoneses, estos serán: Luis Santos, componente del grupo de folk Son del Cordel; Francisco Pozuelo, músico y luthier de Villarejo de Órbigo; José Luis Reñón, constructor y coleccionista de rabeles, y uno de los creadores del festival; Miguel Ángel Badeso, del grupo de música y asociación cultural Tornadera; los descendientes del rabelista Alfredo González, que tocarán con un rabel construido por éste; el trovador Crispín de Olot; y el grupo folclórico La Barbacana, además de los acompañamientos con flauta y tamborín y acordeón de Francisco Pozuelo y José Francisco Fernández. De este modo, el objetivo es doble: por un lado, mostrar la labor que están llevando a cabo los intérpretes que se han interesado por este instrumento, y, por otro, hacer ver (como ya ha sucedido en otras partes) que la música tradicional, renovada y actualizada, puede y debe seguir siendo el mejor de los vehículos para mostrar nuestros sentimientos y querencias.