Dale un minuto al VIH

Texto Nelson Mandela dejó ayer su personalísimo sello en la lucha contra el VIH (y también contra la tuberculosis) antes incluso de participar, este vier en la ceremonia de clausura de la XV Conferencia Internacional del Sida. Al pedir apoyo para su campaña Global 46664 , su número de preso en Roben Island bajo el anterior régimen segregacionista, el ex presidente sudafricano animó a «juntarse todos en torno a un desafío común: garantizar que millones de infectados y afectados por el virus y por la enfermedad no son olvidados». Y remachó con una frase que en castellano suena a pareado: «Dad un minuto de vuestra vida al sida». Mandela señaló cuatro retos. Uno, que los donantes, gobiernos, sector privado, fundaciones e incluso ciudadanos individuales, incrementen sus fondos. Dos, que armonicen sus esfuerzos. Tres, que cada país desarrolle programas integrales e incluya en ellos a poblaciones marginadas como refugiados, toxicómanos por vía intravenosa, presos y trabajadores del sexo. Y cuatro, un fuerte liderazgo, no sólo político, sino de cada sector de la sociedad para frenar la pandemia que se extiende por los países más pobres del mundo. Gran revolución La gran revolución preventiva contra el VIH llegará en 5 ó 7 años, cuando estarán disponibles los primeros microbicidas vaginales con los que las mujeres podrán controlar su propia prevención, una grave asignatura pendiente que está disparando el sida femenino. La esperanzadora noticia la dio ayer en Bangkok la experta Zeda Rosenberg, que cifró en unos 850.000 los casos anuales que se evitarían. Según cálculos, bastaría con que un 20% de las mujeres de los países más pobres para impedir 2,5 millones de infecciones en tres años.