Nuevos retos

Volver a empezar La joyería Aikhal ha reabierto sus puertas, tras el robo que por el procedimiento del butrón sufrieron en la madrugada del pasado 17 de enero. En aquella fecha los atracadores sustrajeron diversas joyas muy valiosas y ocasionaron múltiples destrozos en el local. El establecimiento está situado en la céntrica avenida de Ordoño II, número 12 y lleva abierto al público desde hace seis años y este fue su primer robo. Los ladrones realizaron un butrón en el piso superior del citado número. Fue el propietario de ese piso que ocupa una asesoría que casualmente se acercó a la oficina y se percato de lo sucedido, acto seguido llamó a la policía. La propietaria de la joyería Nieves García quiere olvidar aquella fatídica fecha y centrarse en el presente de su remodelado negocio. Estos meses que la tienda ha permanecido cerrada, han realizado una reforma de la misma, cambios en los escaparates y han renovado las colecciones. Nieves García señaló que Aikhal abre ahora con una imagen más moderna y más actual con joyería en plata de diseño, joyas en acero y oro, relojes de moda y artículos de regalo. Además, precisó que «la clientela está sorprendida con el cambio que hemos dado, con vistosas y elegantes vitrinas en las que se pueden contemplar las joyas». Asimismo, indicó que con esta nueva reforma que le hemos dado al negocio pretendemos que el cliente encuentre en nuestra tienda una variedad de artículos, tanto tradicionales como más vanguardistas». En esta reapertura fueron muchos los clientes y amigos de Aikhal que se acercaron a esta tienda a trasnmitirle a sus propietarios su máximo apoyo y desearles lo mejor en esta nueva etapa que inician. Una buena captura Javier Lastra ha capturado en el coto de Vegamián esta trucha de 2,9 kilogramos de peso. Para pescar este ejemplar, empleo la modalidad de pesca a cucharilla y tardó cerca de veinte minutos en sacarla del agua. Lastra es un aficionado de la caza y la pesca, ya que desde los seis años pescaba por los ríos de la provincia de León, en compañía de su padre. En este caso su padre también le acompañaba. Tras este día duro de pesca, este afortunado pescador junto a sus familiares y amigos se comieron la trucha al horno y pasaron un rato agradable mientras recordaban la gesta de su compañero Lastra. Será muy probable que para este joven pescador esta captura ha sido uno de sus mejores premios, que no se consigue en cualquier jornada de pesca y seguramente recordarán el y los suyos este día para siempre.