Los «antifórum» saquean el recinto para denunciar la especulación

Lás de tres centenares de miembros de la Asamblea antifórum de Barcelona irrumpieron ayer en el recinto para denunciar «la especulación y la precariedad» del evento, que hace dos días celebró el paso del ecuador de su programación. Lo que en un principio parecía una protesta pacífica se tornó en violenta cuando un grupo de radicales saqueó varios puestos de bebidas, además de hacer pintadas en muros y suelos e interrumpir algunas de las actividades que ofrece el Fórum. Los activistas permanecieron tres horas en el complejo, al que habían llegado por vía marítima y que posteriormente abandonaron por su propio pie. La organización reconoció los incidentes perpetrados por algunos de los antifórum y lamentó su actitud. «No estamos en contra de las protestas pero no se puede permitir que entren y se lo tomen como un asalto», explicó un portavoz del Fórum, que añadió: «Los hemos dejado entrar sin problemas, pero una vez dentro han comenzado a desmadrarse». También se produjeron enfrentamientos entre los manifestantes y efectivos de seguridad privada e, incluso, con algunos de los trabajadores del recinto. La toma se produjo a mediodía, sin embargo los manifestantes habían iniciado la jornada de protesta a las once de la mañana en la zona conocida como Nova Mar Bella, a tres kilómetros del recinto. Desde allí, los antifórum se dirigieron a bordo de pateras, flotadores gigantes, colchonetas y aletas, al Puerto de Sant Adría de Besós, donde se ubica el Fórum de las Culturas 2004. Los primeros incidentes se produjeron nada más llegar las primeras pateras, cuando la organización ofreció un avituallamiento de agua y algunos de éstos respondieron lanzando las botellas a los empleados que las ofrecían. Uno de los representantes de la protesta, organizada por la Asamblea de Resistencia contra el Fórum, afirmó que el objetivo de la misma era denunciar la «especulación» que supone la celebración del evento y cargó además contra el alcalde de Barcelona por «permitir la especulación». «Se trata de un espectáculo que está siendo un fracaso, pero lo que no está siendo un fracaso es la movida especulativa que supone la celebración del evento», recalcó.