Portero cum laude
La Generalitat obliga a los porteros de discoteca a tener formación académica aunque su función quedará limitada a controlar los accesos y no tendrán competencias en seguridad
La Generalitat de Cataluña tiene previsto aprobar hoy un decreto para regular la profesión de portero de discoteca con lo que romperá el férreo estereotipo social. A partir de ahora se llamarán controladores de accesos y para ejercer su profesión deberán superar exámenes oficiales teóricos y prácticos, carecer antecedentes penales, manejarse en la lengua autonómica y poseer, como mínimo, el graduado escolar. Este decreto trata de resolver «un problema de seguridad jurídica», según Xavier Guitart, director general de Juegos y Espectáculos de la Generalitat. «La gente tiene que saber qué es lo que este controlador de accesos puede exigir o hacer, por ello es importante precisar sus funciones». Aunque aclara que la nueva medida «no regula la violencia» que hizo correr sangre y encendió la alarma social, sí actúa de medida preventiva, ya que «los controladores de accesos no son policías, no pueden tomarse la justicia por su mano». A partir de ahora «se les exigirá esto y sólo esto. Las funciones de seguridad no les competen». Iniciativa pionera Se trata de una iniciativa pionera en España. En la práctica, la persona que estará en la puerta de una discoteca tendrá su identificación, según Rafael de Castro, presidente de la Asociación de Porteros Profesionales, que asegura estar inicialmente de acuerdo con los requisitos exigidos por el Govern catalán para poder desarrollar su trabajo. De Castro matiza que este decreto no deja de ser tan sólo «el inicio del fin de la anarquía», ya que la formación exigida por la Generalitat es mínima y básica cuando se debería demandar, según él, «un nivel formativo acorde a la responsabilidad que conlleva el trabajo». El decreto ha servido como motor de una polémica mediática sobre el papel del profesional que custodia la entrada a los locales de copas y discotecas, y es que el estereotipo de «grande, fuerte y agresivo» está de-masiado adherido a la memoria social, según De Castro. Para el representante del gremio, es «su obligación» hacer que «la gente se sienta a gusto en un local» y están cansados de ser «los malos de la película». Vuelta a las aulas Tratarán de olvidar la imagen que la sociedad les asigna. No todos son musculosos, ni enormes y anchos, ni agresivos. Sin embargo, todos volverán a las aulas como parte del proceso que les volverá profesionales regulados tras cumplir unos requisitos derterminados. Deberán superar un exámen teórico y uno práctico, para lo que deberán acudir a una academia homologada donde se les impartirá un curso teórico de 25 horas de formación de tipo jurídico sobre los establecimientos donde se desarrolla su trabajo, mientras que el curso práctico comprenderá 15 horas de clases de primeros auxilios y técnicas de autocontrol. El exámen teórico consistirá en una prueba de cien preguntas y en la simulación de una situación conflictiva. El decreto entrará en vigor en septiembre u octubre, por lo que los porteros de discoteca en activo tienen tiempo suficiente para formarse y presentarse a los exámenes. El éxito en las pruebas les permitirá hacerse con el carné oficial de controlador de accesos que deberán mostrar mientras trabajen, a modo de acreditación, a pesar de que insisten en que ellos sólo son guardias, no policías.