Ibiza Cupra TDi (160 CV), un coche sin competencia y... para atreverse

Sólo hay que tener un poco de paciencia y, quizá también, un sitio donde guardarlo al abrigo del tiempo. Al cabo de unos años... tendremos un coche de colección. Una de esas piezas que podría alcanzar un valor histórico y sentimental en el corazón de los seatistas . Agresivo en su estética, y mucho más en sus condiciones ruteras, los técnicos de Seat Sport pueden presumir de haber logrado la cuadratura del círculo en ciclo diesel. Pocos fabricantes como la Sociedad Española de Automóviles de Turismo pueden estar tan orgullosos de una realización de tanta enjundia prestacional y, también, de haber tenido la valentía de poner en el mercado una realización tan drástica y capaz de codearse con propuestas «gasolina» que, cronómetro en mano, podrían quedar relegadas al ostracismo. Derivado del Ibiza FR, los 160 caballos del Cupra TDi sitúan a nuestro protagonista en una plano de vidente superioridad técnica y dinámica. Y para que nada falte en su puesta en escena, la generosa boca frontal, aderezada con su correspondiente rejilla «nido de abeja», propicia la oportuna refrigeración al «intercooler» de mayores dimensiones que ahora monta la realización. La zaga también se ha visto revisada al alza, con un escape ovalado y sobredimensionado y con un spoiler diferente. El conjunto visual se completa con unas espectaculares llantas de 17 pulgadas, calzadas con neumáticos de perfil 40, y cuyos discos de frenos pueden dotarse opcionalmente (1.290 euros) de unas pinzas de cuatro bombines pintadas en un sugestivo color rojo. Ya se sabe, no sólo serlo... también parecerlo. En el interior, el volante de tres radios (muy agradable de tacto y con la marca roja en el extremo superior del aro) amén de los inevitables pedales de aluminio perforado, ponen en antecedentes de lo que podrá disfrutar el conductor nada más que accione la llave de contacto. La treintena de caballos suplementarios con respecto al Ibiza TDi de 130, salen a relucir desde el primer momento: excelente aplomo y elevada velocidad de paso por curva; se diría las inexcusables particularidades de un auténtico deportivo con aspiraciones de carreras . Lo del aplomo dinámico, al igual que la velocidad de paso por curva, hay que achacárselo a unos revisados tarados de suspensión, lógicamente más firmes, con, eso también, un excelente compromiso que los técnicos de Seat Sport logran con una fórmula se diría «mitad-mitad»; es decir, muelles más bien blandos y amortiguadores sensiblemente más duros que los del FR. Consecuencia: nada de pérdidas de motricidad que, bien se sabe, es la piedra de toque de los «todo delante» potenciados. Olvídese por tanto, el ocasional piloto de «patinar rueda» cuando se acelere. La combinación del renovado «chasis ágil», una solución que le viene dando excelentes resultados al fabricante en este tipo de propuestas de inspiración deportiva, tiene dos incondicionales aliados: la caja manual de 6 marchas y el ESP de serie. La primera por unos desarrollos, y engranajes, perfectamente adaptados a la filosofía del modelo y el segundo por lo que tiene de ayuda, sin «intrusiones» indeseables, a una conducción que, también es verdad, exige del piloto , amén de la obligada concentración en ritmo alto, cierto nivel de «manos». Los tarados firmes y los neumáticos de perfil bajo convierten al Ibiza Cupra TDi en una pequeña «batidora» cuando se circula por firme bacheado, a la vez que hace gala de un cierto nerviosismo en las reacciones del tren delantero. Así que... volante firme (las menos de tres vueltas entre topes también incrementan las sensaciones), disposición al sacrificio en el confort y confianza al abordar los trazados, en la seguridad de que nuestro protagonista entrará «por el carril» a poco que su conductor tenga un mínimo de condiciones. Por cierto, tampoco se precisa «meter mucha rosca», el efecto direccional del tren trasero ayuda mucho en las curvas aunque, eso también, perdona poco un grado más de volante. En suma, si usted es de los que aprecian las mecánicas «apretadas», el Ibiza Cupra TDi es su coche. Si, además, usted gusta de las sensaciones inherentes a un deportivo compacto... no se lo piense, corra al concesionario. Los 20.860 euros a desembolsar pueden parecer, al instante, un tanto elevados (3,5 millones de las antiguas pesetas, algo más con ciertas opciones) sólo que la tal apreciación desaparece nada más que se aborden las primeras curvas. ¡Atrévase!