Tierra y cielo, frente a frente

Dos árboles con forma de llave dan la clave de lectura del mundo que se abre al peregrino al llegar al Centro Cívico León Oeste. La representación de la provincia en el Camino, basada en el retablo mayor de la Catedral de León, queda a la derecha del visitante, al mismo tiempo que a su izquierda se narra la leyenda áurea, con la llegada del cuerpo del apóstol Santiago a Galicia como motivo principal, sin desmerecer esto la imagen de su cadáver. El espacio lateral que no forma parte de este mural, ayudará sin embargo a la creación de una leyenda: la aparición del cuerpo de Santiago en un bosque de Padrón ocho siglos después de su muerte, será evocada gracias a dos árboles de chapa de hierro que con sus sombras recordarán el resplandor de esta llegada. El mapa de la provincia de León, de unos 12 metros de largo y cerca de tres de alto, y la Vía Láctea, quedan enfrentadas en dos murales. Se recrea de esta forma la historia del peregrino dormido, que recuerda a todos los que, en alguna ocasión a lo largo del camino, sienten una fatiga moral que sólo el apóstol consigue aliviar al indicarles que lo que deben hacer es seguir la posición de las estrellas, que no son sino guías. Desde las alcaldías de León y San Andrés del Rabanedo, se quiso conocer ayer la evolución de la obra, además de añadir un granito de arena a la misma. Alejandro Valderas, concejal de Cultura del Ayuntamiento de León y Concha Rodríguez Carús, su homóloga en el de San Andrés, añadieron al mural del Camino los nombres de las dos localidades, y lo hicieron enfundados en batas blancas y subidos a uno de los andamios, como cualquier otro de los pintores. Los halagos hacia el proyecto no se hicieron esperar: «Está resultando espectacular, digno de lo que pensábamos; será una obra de arte que embellecerá la ciudad de León, y en particular este barrio», según palabras de Valderas. El proyecto, que comenzó el pasado día 6 de julio, finalizará mañana viernes, aunque la próxima semana «hay que hacer la última mano », según indicó el director de la obra, Domiciano Fernández Barrientos. La obra ha seguido las pautas que se habían marcado, aunque tanto director como alumnos se han encontrado con algunas dificultades: «La pesadez de los andamios, de ocho ruedas, ha ralentizado ligeramente la tarea», señala Fernández. Unos 400 metros cuadrados de arte genuinamente leonés saludarán al peregrino con un toque de mística historia.