Tres caballeros y un único objetivo: la conquista del corazón de una dama. Mansilla de la Mulas acogió el duelo de tres valientes hidalgos que se disputaban el amor de una mujer.
La escenificación lograda en Mansilla fue sorprendente. Caminar por la villa, era como transladarse al pasado.
Antes del combate y después de presentar respetos a las autoridades, los caballeros se preperaron con unos rigurosos entrenamientos.
Antes de iniciar las justas, los juegos de malabares y equilibrios del gran cortejo de trovadores, bufones y caballeros andantes que recorrieron el palenque hicieron las delicias de pequeños y mayores.
Los divertidos personajes lograron arrancar las sonrisas de todos los asistentes a las Justas.
La entrega de público fue total.
El primer juego fue el estafermo: los caballeros, a todo galope, golpearon con todas sus fuerzas el caballo de hierro que se encontraba en el centro del palenque.
La emoción fue la nota predominante en todo el juego.
A pesar del intenso calor, el público se mostró entusiasmado con el emocionante encuentro medieval.
Los festejos se completaron por la noche con conciertos de música medieval.
Finalmente, los caballeros se debatieron en duelo proclamándose ganador Ignacio de Loyola.
Los asistentes también pudieron disfrutar de la exhibición de pendones de alguno de los pueblos del antiguo alfoz de Mansilla.
No faltó ni un detalle a la fiesta.
Todas las escenificaciones contaron con la participación de actores, que parecían estar sacados del pasado.
Desde los más pequeños, hasta los más grandes. Todo el mundo acudió a Mansilla ataviado para la ocasión.