Una rebelión de pasajeros españoles consigue detener un autobús

La rebelión de los pasajeros, que eran en su mayoría españoles, de un autobús que viajaba procedente de París con destino a Málaga permitió interceptar el vehículo, que mostraba señales de graves problemas mecánicos, y detener a su conductor, indicaron ayer fuentes de la gendarmería de Burdeos (suroeste de Francia). «El autobús, en el que se han detectado importantes fallos en la suspensión, está inmovilizado y su conductor, de nacionalidad española, ha sido arrestado por negarse a detener el vehículo como le pedían los pasajeros», explicó un responsable de la seguridad vial del departamento de Gironde. La treintena de viajeros del autobús de la compañía Eurolines, «en un 90 por ciento españoles que trabajan en Francia y que volvían de vacaciones a España», comenzaron a preocuparse por «extraños ruidos» procedentes del motor y pidieron al chófer que se detuviera. Este, sin embargo, se negó y continuó el trayecto hasta que los pasajeros lograron neutralizar al conductor y detener el vehículo de madrugada cerca de un paso de peaje en Virsac, al que acudieron los gendarmes del puesto de Saint-Aubin de Blaye, alertados por los ocupantes del autobús. «Estaban muy asustados. Además de los ruidos sospechosos, el vehículo se inclinaba peligrosamente hacia la derecha», dijeron las fuentes. Las inspección del autobús confirmó que estaban seriamente dañados tanto la suspensión como los frenos de la parte derecha del vehículo, donde la que la carrocería tocaba el neumático. Además, el análisis del instrumental reveló que el conductor había llegado a viajar a 120 kilómetros por hora, a pesar de la pésima situación del autobús, añadieron. Tras varias horas de espera, los pasajeros fueron recogidos por otro autobús, el cual sí se encontraba en perfectas condiciones, con el que siguieron su trayecto condestino a Málaga.