Una directiva europea exige el reciclado de la basura electrónica

El próximo mes de agosto los países de la UE deben poner en marcha las medidas legales necesarias para trasponer la Directiva sobre Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos que fija, para un año más tarde, la fecha tope para que los fabricantes desarrollen los métodos para su recogida, tratamiento, reciclaje y eliminación. Según la Oficina Ambiental Europea, la basura tecnológica supone el 4% del total con más de 7,5 millones de toneladas y se calcula que más del 90% tiene como destino final el vertedero, se incinera o es abandonado sin control. Buena parte de esta basura electrónica está formada por equipos informáticos, faxes, impresoras, fotocopiadoras, teléfonos móviles, cámaras fotográficas desechables, televisores, frigoríficos, lavadoras o lavavajillas. Solamente en España se han vendido en los dos últimos años unos 40 millones de móviles y han quedado en desuso otros 20 millones. Además, se cree que hay al menos un millón de ordenadores obsoletos y otros tantos televisores con más de 10 años de antigüedad, que pronto serán sustituidos por nuevos modelos. En dos décadas, el gasto en compra electrónica ha crecido en nuestro país cerca del 50%, lo que obliga a desechar anualmente y por habitante unos 12 kilogramos de basura no orgánica. En cuanto a Castilla y León, según la Consejería de Medio Ambiente, se producen anualmente más de 5.500 toneladas de este tipo de desechos y sólo los residuos celulares han pasado en los dos últimos años de 48 toneladas a más de 110. Ideas para reciclar Los expertos afirman que vivimos en una sociedad de usar y tirar en la que se han reducido los servicios de mantenimiento para minimizar los costes y aumentar los beneficios. Sirva como ejemplo que en las dos últimas décadas la vida de un lavavajillas se ha reducido de 15 a 9 años, la de un televisor de 12 a 10 o la de un ordenador de 10 a 3. Por eso, consideran insuficiente el objetivo que la ley contempla para nuestro país a partir del año 2006, de recuperar 4 kilogramos por habitante y año, porque sería la tercera parte de la basura eléctrica generada. Las oficinas son uno de los sectores que más residuos producen, unas 25.000 toneladas al año. Para cumplir con los plazos de la directiva, durante el año pasado la patronal del sector puso en marcha una campaña-piloto de recogida de residuos ofimáticos (el éxito les ha llevado a extenderla a nivel nacional), en la que se proponen que las empresas acrediten que cuentan con un sistema adecuado de gestión antes de límite previsto en la directiva. También se puede colaborar a nivel individual. Lo último es tirar el aparato al cubo de la basura siendo aconsejable llevarlo al Punto Limpio más cercano. Antes de deshacerse del PC, la Asociación de Telecomunicaciones Solidarias recomienda que una limpieza del disco duro, la reinstalación del software y la sustitución de algunos elementos pueden alargar su vida en varios años (www.renuevate.com/teso). En cuanto a los móviles, lo mejor es depositarlos en cualquiera de los 300 contenedores situados en tiendas de telefonía de toda España que participan en la campaña Tragamóvil. Por último, la Asociación Nacional de Industrias Electrónicas y de Telecomunicaciones tiene un sistema integrado de gestión para recoger móviles y colabora con los fabricantes de electrodomésticos para retirar los aparatos en desuso. Desde hace unos meses se ha puesto en marcha en Barcelona la primera planta europea de recuperación de residuos eléctricos y electrónicos que permitirá la reutilización de muchos de ellos. Además, los elementos peligrosos (plomo, cadmio) serán enviados a otras empresas para su tratamiento adecuado. La planta ha supuesto una inversión de 5,2 millones de euros y podrá tratar entre 5.000 y 15.000 toneladas anuales.