Riesgos tóxicos

Además de los beneficios energéticos derivados del reciclaje, la basura tecnológica contiene componentes tóxicos suponen un riesgo para el medio ambiente y la salud. Se utiliza cadmio (cancerígeno) para evitar la oxidación en los circuitos impresos de los ordenadores, mientras que el plomo (que puede afectar al sistema nervioso y al desarrollo de las células sanguíneas) se emplea en las soldaduras de los equipos electrónicos, en las baterías y en los tubos de los rayos catódicos. También se incluyen sustancias halogenadas, PVC, retardadores de llama, componentes bromados, asbestos y arsénico. Por otra parte, existen riesgos de evaporación de sustancias nocivas y, en caso de incendio, se liberan dioxinas y furanos. En un informe elaborado por la organización ecologista Worldwatch se recoge que un monitor contiene entre 1,8 y 3,6 Kg. de plomo, las baterías de los ordenadores incluyen cadmio y las pantallas planas tienen mercurio entre sus componentes. Para paliar estos problemas, la UE ultima una segunda directiva que prohibirá a partir del año 2007 que los nuevos aparatos contengan metales pesados, a la vez que se buscarán alternativas inocuas.