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UN CALAMBRAZO en los ojos sintió alguno ante esa foto de la ejecutiva provincial de los socialistas cazurros reunidos con aparato y ceremonia en un salonazo de San Marcos, el mismísimo salón cuyas sillonas aún estaban calientes y bendecidas por las ilustrísimas posaderas del consejo de ministros celebrado en este pazo; por eso. Y allí salieron los provinciales algo provincianamente con caras de severa trascendencia, cuadrados en pose como en la misma foto, el mismo encuadre y postura, el mismo retratón del rey presidiendo el gran suceso con galas militares, dándole así a un acto privado solemnidad institucional y estatal (¿y Pablo Iglesias?, ¿ le mandaron esta vez a por tabaco?). Y se inmortalizaron en una instantánea que tiene cacetada y media de cierto paletismo... Cagüenrós, blasfemó en su primer café del día Senén el de Luna, cagüen la memoria, no puede ser, ¡los rojos en el Hostial! (lo llama siempre hostial-paridor de San Narcos), ¡el rojerío en la cueva de Alí Babá que inventó Fraga para turistas ricos!, hala, hagámonos una foto tomando este palacio de invierno, hay que elevar categoría y mostrarla (tú no seas menos, Miguelín, tía palante), hagamos una misa solemne en ese hostal donde sólo oficiaban y paveaban la derechona tripalari y ahora los ricos de aparentar, porque los de verdad no lo pisan desde hace quinquenios. Hay que igualarse por arriba, pensó alguien que puso un lagarto lacoste donde antes hubo una rosa... A Senén el de Luna le mataron el padre en la Guerra. Estuvo preso precisamente aquí, en San Marcos, hasta que un día le pasearon contra toda ley y le enterraron como a un perro en una fosa del monte donde nadie sabe dónde. Para Senén, pensándolo fríamente, San Marcos es la tumba donde yacen sepultados los gritos de muerte del padre, los pensamientos atroces de celda oscura, los de su padre y de cientos de gentes masacradas por la furia alzada del franquismo en guerra, puta guerra. Senén, que anda por los ochenta, fue de siempre socialista de raza, de razón y por mandato de corazón, tipo leído y comprometido, curró la causa, dio ejemplo, le empapelaron por agitar las aulas donde dio clase, confeso y mártir, tipo íntegro. ¡Las reuniones del partido se hacen en el partido!, concluye algo sulfurado. ¿De qué va esta gente? ¿De derechona también?...