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Los investigadores creen que los propietarios de la planta actuaron con negligencia

Un recorte de gastos en la central nuclear nipona condujo al accidente

Las tuberías de refrigeración no se inspeccionaron desde su puesta en marcha, en 1977

Un grupo de japoneses pescaron ayer frente a la central nuclear de Mihama

Publicado por
Juan Antonio Sanz - tokio
León

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La alarma sobre la seguridad nuclear en Japón saltó ayer tras conocerse que el accidente que el pasado lunes causó cuatro muertos en una central atómica del oeste del país pudo deberse a la negligencia de la empresa propietaria de la planta. La policía de la provincia de Fukui, donde está la central de Mihama, expresó sus sospechas de que la Kansai Electric Power (Kepco), dueña de la planta, incumplió las normas de seguridad básicas para recortar gastos y ello derivó en uno de los peores accidentes producidos en instalaciones atómicas de Japón. Un portavoz de la Jefatura de Policía de Fukui explicó a la prensa que las investigaciones se centran sobre la posible negligencia de la empresa, con resultado de muertes y heridos, indicó la agencia nipona Kyodo. Según la prensa japonesa, Kepco toleró durante mucho tiempo la existencia de problemas en una de las tuberías de la sala de turbinas donde se produjo el accidente y que pudo ser el origen de la fuga de vapor que mató a los cuatro obreros e hirió a siete más. De estos siete trabajadores heridos, dos permanecen en condición crítica y tres muy graves. Los ediciones vespertinas de ayer de los diarios Asahi , Mainichi , Yomiuri y Nihon Keizai indicaron que la empresa que opera la planta permitió que se siguiera utilizando una tubería corroída, que había ido perdiendo su espesor e incluso presentaba algún orificio en su superficie, por donde pudo salir el vapor que mató a los obreros que allí trabajaban. El reactor número 3 de Mihama (a 340 kilómetros al oeste de Tokio) puede generar 826.000 kilovatios de energía, pero, según la agencia Kyodo, no se han llevado a cabo las inspecciones sónicas de rigor en sus tuberías de refrigeración en los 27 años que las instalaciones llevan en funcionamiento. Tal y como reconoció el responsable del control de calidad de Kepco, Koji Ebisuzaki, se esperaba realizar una inspección con ultrasonidos el próximo sábado, la primera desde 1976. La empresa propietaria reconoció que el espesor de la tubería de refrigeración en la sala de turbinas donde se produjo el accidente de ayer se había reducido por la corrosión de 10 a 1,5 milímetros en estas casi tres décadas de operación.

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