Diario de León

Es una de las reformas que quiere incluir el Ministerio de Justicia en la reforma del Código Civil

El Gobierno aprobará el divorcio directo sin una separación previa

Justicia aspira a que la disolución matrimonial con acuerdo se tramite en sólo dos meses

Una pareja pasea por una céntrica calle de la capital leonesa

Una pareja pasea por una céntrica calle de la capital leonesa

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Antonio Paniagua - madrid
León

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El Gobierno aprobará el divorcio sin necesidad de separación previa. Esta es una de las reformas que pretende incluir el Ministerio de Justicia en la reforma del Código Civil en lo que concierne al divorcio, cuyos trámites pretende agilizar el equipo del ministro Juan Fernando López-Aguilar. Según fuentes del departamento de Justicia, la disolución matrimonial por mutuo acuerdo se podrá resolver en apenas dos meses, mientras que el divorcio con contencioso se acortará para que sea reconocido a efectos legales en un plazo de seis meses. El divorcio directo, algo usual en las legislaciones de la mayoría de los países europeos, haría que los procesos judiciales por ruptura matrimonial se redujeran en un 30%, según las estimaciones que manera la Asociación Española de Abogados de Familia. Con la modificación legislativa que patrocina el Ministerio de Justicia, la carga que soportan los juzgados se atenuará de forma notable, al tiempo que se moderniza una ley que se halla anticuada por el delicado momento en que nació. La norma reguladora del Divorcio data de julio 1981 y sólo ha sufrido desde su promulgación ligeros retoques. El actual Código Civil obliga las parejas que quieren divorciarse a permanecer al menos un año sin convivir desde la interposición de la demanda de separación. El proceso se demora en el caso de que la petición provenga de uno sólo de los cónyuges, en cuyo supuesto se tendrán que justificar cinco años de separación para tramitar la demanda. Al eliminar la separación como primer paso para acceder al divorcio, el Gobierno quiere evitar que las parejas en litigio acudan dos veces al juzgado, lo que además de entrañar una duro desgaste psicológico y emocional, evita gastos al Estado. No en vano, los juzgados recibieron el año pasado 126.742 demandas de separación y divorcio, lo que se supone un crecimiento del casi un 33% con respecto al año 2000, según la memoria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La reforma en ciernes reducirá las alegaciones que han de invocar las parejas como causa de disolución del matrimonio cuando no hay consenso entre los cónyuges para romper la relación.

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