Diario de León

VENTANA ABIERTA

España en Afganistán

Publicado por
ANTONIO PAPELL
León

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HA COMENZADO el traslado a Afganistán de los 1.040 soldados españoles que, integrados en el Eurocuerpo, formarán parte de la fuerza de 7.000 efectivos que la OTAN ha organizado para garantizar la supervisión de las elecciones generales que se celebrarán allá el próximo 9 de octubre. Como es conocido, nuestro país ha aportado tropas a la pacificación del país asiático desde el primer momento tras la guerra desencadenada a raíz de los atentados del 11 de septiembre del 2001; tal despliegue se efectuó bajo la cobertura legal de la resolución del Consejo de Seguridad de diciembre del 2001 y la oposición socialista de entonces respaldó tal decisión del Gobierno del PP. Nuestra aportación a las fuerzas de intervención aliada en Afganistán se limitaba hasta ahora a unos doscientos soldados, y la misión se ha visto ensombrecida por el terrible accidente del Yak-42, que se estrelló en Turquía con 62 militares cuando regresaba de Kabul. El nuevo Gobierno ha decidido, pues, reforzar sensiblemente nuestra presencia, y ha recabado para ello el respaldo previo y explícito del Parlamento. Es la primera vez que se cumple tal requisito antes de formalizar una intervención militar en el exterior. El tamaño de la misión que acude a Afganistán -poco más de un millar de soldados- es sensiblemente igual a la de la que fue retirada de Irak poco después de la toma de posesión de Rodríguez Zapatero, en cumplimiento de una solemne promesa electoral basada en la ilegalidad de la intervención aliada en dicho país. Resulta, pues, evidente que el Ejecutivo ha querido enviar un mensaje bien inteligible a la comunidad internacional: la retirada de Irak no supuso un cambio en la tradicional política española de cooperación institucional en los conflictos regionales gestionados por las Naciones Unidas. El gesto del Gobierno ha sido encajado con vacilaciones por el Partido Popular, que aún no se ha rehecho del descalabro del 14-M, claramente relacionado con la célebre fotografía de las Azores. Una vez más se han advertido las tensiones entre los 'realistas', que comprenden la necesidad de urgir la reconciliación del PP con la opinión pública mediante un discreto deslizamiento, y los 'idealistas', que persisten tozudamente en el error. Así, Mariano Rajoy se ha limitado a manifestar su «plena solidaridad y apoyo» a las tropas españolas, pero no ha podido evitar que el portavoz del PP en la Comisión de Exteriores del Congreso, Gustavo de Arístegui, criticara la «incoherencia del Ejecutivo por dar un tratamiento distinto a Afganistán e Irak». No es saludable para el PP que ciertos portavoces del principal partido de la oposición insistan en poner a prueba la inteligencia de los ciudadanos. En concreto, y una vez que se había tomado la decisión de incrementar nuestra presencia militar en el exterior con misiones en Afganistán y en Haití, se entiende mal que el grueso del esfuerzo se dirija hacia aquel país, en tanto se envía a Haití una fuerza simbólica. Es claro que nuestros vínculos con Latinoamérica son mucho más estrechos que los que nos relacionan con el país asiático, y hubiera tenido más sentido responder a la llamada de Brasil y Argentina con más generosidad, aunque la participación en la misión afgana del Eurocuerpo hubiese sido más limitada. De cualquier modo, tras el error de Irak, que sólo se amortizaría rápidamente si Bush perdiera las elecciones americanas de noviembre, no será fácil recomponer la figura en de nuestro país en el escenario internacional. Y para conseguirlo, sería muy conveniente reconstituir cuanto antes el consenso parlamentario en materia de política exterior, una vez que Rajoy haya tomado -tras el congreso de otoño- el control total de su partido y haya dado visibilidad a su regreso al centro, a su retorno a las coordenadas clásicas que definen la ubicación tradicional de nuestro país en su contexto geopolítico.

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