CORNADA DE LOBO
Imitadores
OTRA VEZ el crimen. El tipo que hace tres días degolló a su ex en Andalucía era carne de televisión y la que fue su mujer, carne de cañón barato, escabeche de estadística y difunta que Dios perdone, pues el peaje al más allá fue su propia vida robada con cuchillo matancero. Ese tipo ya fue en el 97 munición televisiva entrando con su caso en aquel programa de corazones quebrados que presentaba Jesús Puente y antes la Gemio. Tuvo su rato de gloria el muy cabrón para porfiar en pantalla y rogar la vuelta a casa de su mujer, que hartita debía tenerla ya entonces, porque allí salía su madre con cara estrujada de asco pavoroso diciendo a cámara «¿ese?... ese un criminal, quite usted allá». Ser de pueblo y salir en la tele es consagrarse. La notoriedad que así se obtiene es narcótica y adictiva. Ese perturbado consiguió que una cadena nacional aceptara su mentira y su teatro para embutirlo como jugo de carne en su programa-sopa, truculencia membrillera de una vida que la tele convierte en espectáculo, el espectáculo en tripicallos y la bazofia en industria lucrativa. Aquel paranoico triunfó, salió. No es el primer caso de un criminal con tapadera de focos y con presentadora bailándole el agua a su locura agazapada. Se sintió, seguramente, un tío grande en su barrio y en su ambiente. A partir de entonces se obligó sin duda a hacer todas las cosas a lo grande, incluso la muerte, claro que sí, la muerte como delirio final de una tirria aniquiladora y del yo primero, yo por mis cojones, yo o te mato... Esto de que el asesino hubiera sido carne de espectáculo televisivo obliga a reflexionar sobre el papelón que juega el show y la exaltación de imbéciles, mangantes, gandules y criminales en el gran teatro de la telementira. Acepto cierta lógica en el aumento de la criminalidad en una sociedad de tiburoneo empresarial y abismales diferencias sociales con leyes del «todo ya y todo vale». Lo que es de preocupar es que toda esa mierda la convierta la tele en fabuloso negocio. El periodismo tarado que convierte braguetas en escándalos nacionales está detrás. Habría que echarles del corro y del oficio. Creo que tienen algo de fabricantes de futuros crímenes y han montado una conservera de mierda y carne difunta, aun sabiendo que los telespectadores no obedecen a la tele, la imitan.