Diario de León

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La ruta jacobea, ¡vaya cruz!

José Hernández se ha embarcado en una aventura excepcional o, por lo menos, un tanto peculiar. Su destino, Santiago. Su distintivo, una cruz de 40 kilos sobre un cuerpo de 67

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E.G. Bermejo - león
León

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El Camino de Santiago ha sido durante siglos una ruta de peregrinación que se hacía como penitencia o promesa. Los peregrinos que se iniciaban en esta aventura esperaban del legendario sendero la salvación o el perdón de sus pecados. El pasado martes cruzó la capital leonesa un peregrino un tanto peculiar. Se trata de José Hernández, un almeriense que partió de Villaobispo rumbo a la ciudad compostelana. Este peregrino se define como una persona religiosa pero, «no demasiado -bromeó- vivo en pecado». Nada tendría de peculiar este personaje si no fuese porque, al esfuerzo que ya supone la peregrinación, le ha sumado una cruz de 45 kilos de peso. Esta cruz está cortada, lijada y encolada por el mismo. La aventura en la que se ha embarcado José comenzó por un sueño en el que aparecía una cruz. Cuando se despertó, una frase salió de su boca «317 kilómetros y el mismo peso que mi cuerpo o superior». El peregrino no lograba entender el significado de esta frase. «Me imaginé que debería hacer algo», explica nuestro peregrino. Lo primero que hizo fue una cruz de madera de 40 kilos que espera tallar en los ratos libres que le conceda el Camino, afirmó Hernández. Después preparó su mochila y partió para León. A su paso por Trobajo del Camino, otra peregrina, con la mejor voluntad, le ofreció su ayuda para acompañarle y ayudarle con el peso de la cruz. La gente, según el peregrino, se asombra a su paso pero, «a mi no me gusta -resalta- aunque sabía que no podría pasar desapercibido yo no quería esto, no me gusta llamar la atención». El mayor interrogante que se plantea cualquiera al ver a este insólito peregrino es si será capaz de llevar a cabo esta aventura, convertida por José Hernández «en una promesa». Él responde que llegará, «la cruz y yo llegaremos -afirmó- la mochila, no lo sé». Y es que lleva nada menos que otros 40 kilos de peso en la espalda aunque, según comentó, «ya he quitado mucho peso, al principio llevaba formones, cola, barniz y otros utensilios para tallar la cruz pero me he quedado sólo con un martillo y una gubia». Este peregrino tan especial espera llegar a Santiago de Compostela antes del 1 de septiembre, día en el que se incorpora al trabajo pero, lo cierto es que tres horas después de pasar por Trobajo del Camino aún no había llegado a La Virgen. Este andaluz sólo espera llegar a Santiago de Compostela con la cruz y así sentir que ha cumplido su promesa. Aún no sabía explicar lo que le aportaría el Camino pero sí que quiere realizarlo.

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