Con cuatro bueyes a Santiago

La Asociación Real Cabaña Carreteros de la localidad de Quintanar de la Sierra (Burgos) partió hacia Santiago de Compostela el pasado 19 de agosto desde Burgos. Su peregrinación es una tanto peculiar: realizan el Camino Francés con cuatro bueyes y un pino bicentenario labrado por Humberto Abad, natural de la localidad burgalesa, que ofrecerán al Apóstol a su llegada a la ciudad. Estos animales, acostumbrados al transporte de madera en la sierra burgalesa, recorren una media de unos veinte kilómetros diarios. La idea nació de un catedrático natural de Quintanar de la Sierra, Pedro Gil. El objetivo de esta aventura, además de conseguir la preciada Compostela es pedir al santo que vele por su región y sus gentes, ya que, según contaron miembros de la asociación, «se encuentra muy desfavorecida a causa de la gran cantidad de incendios y otros incidentes que se repiten en la zona, cuya principal fuente de trabajo es la madera». Tras la despreocupación de los diferentes órganos institucionales la asociación ha encontrado en esta peregrinación la oportunidad de ser escuchados y reivindicar así las ayudas necesarias. Para comenzar el Camino necesitaban ayudas económicas que recibieron de diversas empresas e instituciones. La Junta de Castilla y León y la Diputación Provincial de Burgos les proporcionaron un camión de bomberos para abastecer de agua a los animales. Una empresa de la localidad, Maderas Pablo Arroyo, es la principal patrocinadora de esta aventura, corre con todos los gastos de la alimentaciónde los animales y ha dispuesto un trailer para el transporte del ganado en caso de lesión o imposibilidad de caminar. El gasto medio es de tres euros de pienso por animal cada día. Estos peculiares peregrinos llegaron ayer a Sahagún donde fueron recibidos por el alcalde y miembros de la corporación municipal y se les entregó un recuerdo de la localidad situada en el transcurso del Camino. El consistorio ofreció ayer suficiente espacio para el descanso de todos los que conforman esta peregrinación, incluso para los animales. «Ante el anuncio de nuestra presencia, multitud de localidades anuncian nuestra llegada con volteo de campanas mientras vecinos y autoridades nos recibien como huéspedes de honor», afirmó un miembro de la asociación. El colectivo burgalés se ha organizado de tal manera que cada semana se eligen unos encargados para cada tarea y así participan de forma más activa en esta peregrinación.