El paisanaje
A cara de perro
El PERRO del alcalde de León, capital, que atiende al nombre de Sumo -el can, no el alcalde-, anda doliente y enfermo, según cuentan y no paran las emisoras de radio. Al parecer, el chucho ha debido de coger algún virus que le ha sentado fatal este verano, cuando su dueño, Francisco Fernández, lo trajinaba de acá para allá, desde el Coto Escolar hasta la alfombra del despacho, todo un ir y venir de fotos en la prensa, sin tomar la precaución de cerrar la ventanilla del coche oficial. A menudo los catarros son contagiosos, según médicos y veterinarios, de modo que Sumo , sin que la cosa sea aún grave, puede estar incubando lo peor. Por ejemplo, una moción de censura en el Ayuntamiento de León contra su propio dueño, que debería vacunarse. Es más, el virus puede estar muy extendido, según los que entienden de animales políticos, y se ha detectado ya en otros ayuntamientos, como Villamanín, Reyero, Sariegos o, más recientemente, Cistierna -de momento en este sólo ha empezado la fiebre-, donde la UPL y el PP han desbancado en otros tantos pactos al PSOE de las alcaldías, dándole la vuelta a la tortilla. Seguramente el perrillo Sumo huele que algo no va bien y, si la cosa no es alarmante, por lo menos tiene toda la pinta de estar deprimido. Es lo más natural, teniendo en cuenta que el futuro de la alcaldía de León es también de pronóstico reservado, según la UPL. Se olvidaba decir que Sumo es un bulldog , con cara de mala leche y que coincide en raza, ya es casualidad, con la perra del ex concejal Manolón Martínez, el que lanza peso, y que pensaba regalársela al ex alcalde Mario Amilivia. La perra se llama Rita y puede que sean todos primos hermanos. Un viejo refrán asegura que perros de la misma camada nunca se muerden. De manera que Sumo y el chucho que pudo ser de Amilivia hasta podrían haberse llevado bien en el Ayuntamiento, con el hueso cada uno en su rincón, porque allí despachos es lo que sobra. Aunque nunca falta un tercero en discordia. El perro zascandil, en este caso, es de la raza UPL, todavía no tiene nombre porque pueden ser hasta cinco concejales, quiere sacar la mejor tajada, levanta la pata y hace lo que le da la gana en la esquina del orden del día de un pleno o de una comisión municipal -para marcar territorio, según el secretario- y, encima, no hay quien le ladre. El filósofo Hobbes, de haber sido funcionario municipal en León, hubiera dejado dicho que el hombre es un bulldog para el hombre, en vez de un lobo, que no tiene presupuesto. Nos hemos pasado el verano escribiendo de la moción de censura en el Ayuntamiento de León y de la perra vida de Sumo , que, a fin de cuentas, no es para tanto porque en el África sin leonesistas se lo hubieran comido ya los leones. Lo primero aburre y lo segundo -toque madera el cachorro Sumo - desintoxica un tanto las noticias de la radio y es lo único que preocupa en la ciudad a los paisanos que son de ley: el amor a los animales y, en la medida de lo posible, también a los alcaldes, aunque con estos últimos sin pasarse. Servidor, que lleva andando toda la vida por ahí sin rumbo en la línea editorial, como los perros de la protectora, husmeó el otro día en el Ayuntamiento y no vea usted cómo olía. Sumo es un pardillo. No es que De Francisco apoye o deje de apoyar al dueño de Sumo o que hagan lo propio los demás concejales de la UPL, que se llevan a ladrar, sino que la jugada es la siguiente: quitar a Francisco Fernandez de alcalde, nombrar para el cargo al actual presidente de la Diputación, Javier García, y que le quiten el comedero a los otros de la UPL, preservando para los propios el municipal y el de Caja España, que no es moco de pavo. El asunto es tan rocambolesco que hasta podría ser verdad, aunque, en honor a García y Amilivia, es más que dudoso que cuele, dado que ambos han dado palabra de honor de que cada uno va a lo suyo. Puede que sí o puede que no y puede también que sean disquisiciones metafísicas o sueños una noche de verano del leonesista De Francisco. Estos días de atrás había luna llena -de locos, como decían nuestras abuelas- pero, por si acaso, conocidos empresarios de León han vuelto a apuntarse a la Fele por aquello de no estar lejos del PP, Sin ir más allá, uno o dos que ocupan altos cargos en Caja España. Comentándolo el otro día con mi perro, un pequinés de modesto nombre Canito , que, como lo encontré abandonado, sólo se fía de mí, me ladró confidencialmente que en esta vida todo es posible. Estamos los dos de acuerdo y lo único que discutimos ahora es si la moción de censura contra el amo de Sumo será por San Froilán o después de Reyes. Por San Roque, en agosto, no fue y eso que nos apostamos un osobuco. Así que Dios dirá.