Diario de León

El Camino a vista de pájaro

Tres leoneses pertenecientes al Club de Vuelo Libre realizan la Ruta Jacobea en paramotor. El próximo domingo esperan alcanzar su destino si el tiempo lo permite

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Beatriz Fernández - león
León

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Con el alba suenan los primeros rugidos de tres paramotores desde el aeródromo de Villamarco en León. El plan de vuelo pretende surcar el cielo de la capital, disfrutar del paisaje del Camino a su paso por la ciudad y llegar a Chozas de Abajo antes del mediodía, porque entonces las turbulencias pueden complicar demasiado el viaje. José Luis Roldán - Luque -, Jesús Vega y Juan José García comenzaron su peregrinación en Burgos el sábado pasado, con la intención de llegar a Santiago de Compostela a bordo de sus equipos de vuelo con motor, sin atajos y recuperando el despegue desde el mismo lugar donde aterrizan. Es la primera vez que se atraviesa la comunidad de esta forma, donde los peregrinos no dependen de su resistencia en las etapas, sino de la climatología. «En la salida de Burgos nos encontramos con enormes bancos de nubes -explica Roldán- que nosotros sobrevolamos, mientras nuestros coches de apoyo cruzaban por debajo. No teníamos contacto visual, sólo la radio. En realidad estamos completando el Camino adaptándonos a la meteorología, con unas condiciones que no podemos controlar. Ni siquiera decidimos dónde vamos a aterrizar antes del vuelo, porque nos puede entrar un frente que dificulte la maniobra». El rastreo de los vehículos de apoyo sirve para recoger los equipos cuando descienden o repostar en gasolineras el combustible necesario, cada dos horas aproximadamente. «Entonces comentamos al coche, por la emisora, que hemos visto desde el aire un terreno adecuado para realizar el aterrizaje, y así se acercan y lo comprueban. Colocan una manga de viento que nos facilite el descenso y procedemos a la aproximación». Las dificultades que encuentran todos los caminantes en la Ruta Jacobea se agudizan cuando el viaje transcurre a metros sobre el suelo y la lluvia cae igual para unos y otros. A esto cabe añadir el riesgo de vuelos a baja altura, debido a cables de alta tensión, casas y árboles con los que podrían chocar. «Sin embargo, repetiremos la experiencia el próximo año -asegura Roldán- porque sólo se puede definir como encantadora . Merece la pena, (aunque completemos las etapas lloviendo), por comprobar el saludo casi constante de los peregrinos que levantan la mirada y nos ven, y saben que estamos haciendo el Camino, como ellos. También es increíble la vista aérea de los principales monumentos, como la Catedral de León y otras muchas ermitas y paisajes que descubrimos». La vela que pilota Juan José García está rotulada con una vieira xacobea y una referencia a la ciudad, gracias a una subvención del Ayuntamiento. Sin embargo, estos parapentistas pertenecientes al Club de Vuelo Libre de León resaltan la falta de apoyo de otros organismos como la Diputación y la Junta, donde solicitaron financiación -el mantenimiento del equipo asciende a más de 4.000 euros- pero les fue denegada porque la propuesta «no era interesante». Quizá cuando lleguen a Santiago y se conviertan en los primeros peregrinos leoneses en paramotor, las instituciones cambien de opinión.

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