Deuda sanitaria
EL AGUJERO de la sanidad en España es el más fiel reflejo de las dificultades que supone afrontar unos cambios políticos, sociales y económicos tan profundos como los que estamos viviendo en los últimos años. El Gobierno acaba de valorar ese agujero en 4.500 de millones euros y es necesario encontrar una solución cuanto antes para que no se convierta en un cáncer y empiece a crear inevitables conflictos de todo orden. Poner a cero ese déficit será también una forma de ponerse por delante de esos cambios y no dejarse desbordar por los acontecimientos. El agujero de la sanidad tiene su origen en el traspaso de la gestión sanitaria como compromiso de un Estado que quiere gestionar sus servicios sociales a través de las autonomías. La euforia que supuso la asunción de esas nuevas responsabilidades por parte de las autonomías, impidió analizar con mayor detenimiento los compromisos económicos que conllevaba. La llegada de emigrantes ha incrementado ese agujero porque la sanidad española ha hecho frente a esa avalancha con una gran generosidad. Gracias a ello, la inmigración se ha convertido en un problema asumible. El mayor gasto de los pensionistas y, más concretamente, sus necesidades en farmacia, ha sido también un factor decisivo en ese desequilibrio de las cuentas sanitarias. Existe, además, la certeza de que las cartillas de la Seguridad Social de los pensionistas nutren de productos farmacéuticos, a otros familiares que no tienen derecho a ellos. Podemos profundizar en una mayor casuística responsabilizando a la gestión sanitaria de determinadas comunidades e incluso al interés de alguna de ellas de ofrecer un servicio mucho más caro que el que puede asumir su presupuesto. Hay que decirle a la sociedad española que la atención sanitaria que estamos recibiendo desborda ampliamente lo que teníamos presupuestado. Habrá que implantar algunas de las medidas que se están barajando: una mejor inspección, copago por atención médica, aumento de la aportación económica en las recetas médicas.... Existen muchas fórmulas, pero sería conveniente ponerlas en marcha cuanto antes y nada recomendable relacionar las reivindicaciones políticas con la deuda sanitaria. 1397124194