Una moda vaporosa

Los vuelos en las formas y las transparencias vaporosas se sucedieron entre las colecciones de los más veteranos creadores que ocuparon la segunda jornada de la Pasarela Cibeles de primavera-verano. Bien en forma de volantes que rematan blusas envolventes, o a través de los cortes maestros de la colección de Jesús del Pozo, estos matices dieron sintonía a una jornada sin grandes sorpresas. Miguel Palacio abrió la mañana con elegancia. Llamaron la atención sus esmeradas blusas en seda o raso que envuelven el cuerpo casi sin tocarlo y van rematadas con pequeñas mangas con volantes. Éstos cruzan el cuerpo en otras apuestas ligeras, en tonos pastel, con predominio del rosa palo. Las faldas y chaquetas en raso de algodón, con grandes bolsillos, contrastan con la suavidad de los cuerpos. Las faldas y los pantalones van caídos a la cadera y profundizan en una tendencia muy asentada en la moda de hoy, que parece haber olvidado el talle ceñido a la cintura. Los cortes de Jesús del Pozo El aire retro es otra de las corrientes que se ha instalado en las últimas colecciones presentadas en el paraguas de Cibeles. Los años veinte, los treinta o los cincuenta -a otros se les antoja revivir en pequeños toques los 70 y 80- se revisan en formas o detalles. El madrileño Jesús del Pozo mira con el retrovisor a los veinte, «con un aroma de los cincuenta», dice. Este veterano creador presentó una colección especialmente vistosa, más comercial que otros años a decir de algunos de sus seguidores. Pero no ha olvidado la maestría en los cortes, de manera que maneja como pocos los vuelos en faldas o vestidos al bies, y en toreras de complementan vestidos y pantalones. Presenta distintas líneas, una de ella dominada por playeros conjuntos a rayas. Hay bermudas, pantalones pirata y bombachos. Estos últimos son una novedad en su colección y aplica la tendencia tanto para pantalones mini como para faldas rematadas con este toque bombacho. La nota más espectacular de Jesús del Pozo está representada por los cortes con distintos largos en los vestidos o faldas, un efecto conseguido con ligeras gasas. El gallego Antonio Pernas aportó una colección muy juvenil, más pegada a la calle que otras apuestas. La sencillez también es un referente en su ropa, que utiliza colores muy suaves, en blanco, vainilla y azul cielo para prendas que combinan la ligeraza de la muselina para blusas y cuerpos con el algodón de raso en pantalones rectos, bien pitillo o por encima de la rodilla.