El Real Madrid

VAYA por delante que no soy aficionada al fútbol pero si suscita en mí un especial interés cualquier noticia, sea del tipo que sea, que provoque un debate en la opinión pública. De ahí que me haya arrastradp por la curiosidad y el morbo que ha despertado la última crisis del Real Madrid. Dicen los expertos que no hay precedentes, en la dilatada historia del club, de que un entrenador de el portazo en el tercer partido de liga y tampoco de que se ponga en evidencia tan claramente las discrepancias entre los jugadores y quien, al menos en teoría, debe ser quien manda en el equipo. Sin duda detrás de esa dimisión se podría hacer toda una radiografía perfecta y minuciosa sobre los grandes males que afectan no sólo a este club en particular sino al fútbol en general. Este deporte mueve tales intereses económicos que una, desde la lejanía, tiene la sensación de que lo que menos importa es el juego en sí. Ya puede haber fichajes multimillonarios o grandes operaciones de markéting alrededor de todo esto que si al final no hay resultados positivos o, lo que es lo mismo, si no se meten goles y se consiguen victorias todo se desmorona. Desconozco si lo que le ha movido a Camacho debe interpretarse como una acción de honestidad llevada a sus ultimas consecuencias o un como un acto irreflexivo de soberbia. Ha sido honesto al reconocer que es incapaz de conducir a su equipo pero señala con su dedo acusador a los jugadores y, aún sin decirlo abiertamente, pone a la afición en contra. ¿Le pudo su soberbia o su incapacidad para ejercer el liderazgo?. Dicen los expertos que los jugadores más que auténticos deportistas se comportan como vedettes, que les falta espíritu competitivo porque en ellos priman los intereses publicitarios por encima de los deportivos. Ayer mismo se publicaba que 18 pares de una edición limitada de las botas de fútbol de Beckham se agotaron en 71 segundos en una página web china. Y costaban la nada desdeñable cifra de 700 euros. Esto da una idea de las cifras que se deben manejar y también del poco interés de estos jugadores a aceptar indicaciones y, mucho menos, órdenes. No es extraño que hagan la cama a quien se les ponga por delante. En el Real Madrid hay crisis, pero ¿qué tipo de crisis?. Lo suyo puede ser una enfermedad vírica y además contagiosa.