Diario de León
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ANTONIO TROBAJO
León

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EL PRÓXIMO martes, día 5, es festivo en la capital. Y lo es porque se celebra la fiesta del Patrono de la diócesis, San Froilán, en recuerdo de su fallecimiento precisamente en ese día allá por el año 905. Pues bien, ésta es la fecha elegida por la Santa Sede para que, en la diócesis de León, dé comienzo un Año Santo. Ese martes, a las 6 de la tarde y en la Catedral, el señor obispo presidirá los actos de apertura de este Año Jubilar, diocesano y mariano en la diócesis, además de eucarístico en la Iglesia universal. Este acontecimiento de gran perdonanza se prolongará hasta el 19 de octubre de 2005, por ser esa la fecha en la que se conmemorarán los 75 años de la coronación canónica de la imagen de la Virgen del Camino, Patrona de la Región leonesa, a la cual se rinde culto desde el año 1505 en el que se apareció a Alvar Simón, un pastor que cuidaba sus rebaños en los páramos de Montejos. Se juntan, pues, en estos meses estos tres acontecimientos, causa de que el Obispo solicitara la concesión de este Año de Indulgencia: el XI centenario de la muerte de San Froilán, el V centenario de la Aparición de la Virgen del Camino y el LXXV aniversario de la Coronación canónica de ésta. En la carta que Don Julián dirigió a todos los diocesanos a finales de mayo se remarca que esta celebración no puede ser sólo ocasión para avivar la memoria del pasado, sino, ante todo, tiempo en que, aprovechando el recuerdo, pasemos a convertirnos más profundamente al Señor, a intensificar la vida cristiana y a fortalecer los lazos de comunión eclesial. Y todo ello porque un Año Santo o Jubilar es un espacio privilegiado en el que se actualizan de algún modo los acontecimientos evocados, que son una manifestación de la bondad de Dios en el tiempo. Así que, en resumidas cuentas, ha de ser un tiempo dedicado a Dios, que active en nosotros la necesidad del perdón de nuestros pecados, de la liberación de toda esclavitud y de reconciliación amplia y profunda. Deberá ser espacio para encontrarnos con el rostro de Dios, a través de Jesucristo, cimiento de nuestro quehacer en la obra de la santificación y de la evangelización. De aquí la gran relevancia que adquiere en este contexto todo lo referente a hacer «camino de esperanza» en peregrinación, a reavivar las últimas raíces de la fe y a buscar las expresiones más actuales del compromiso cristiano. Una renovación en profundidad. Que tiene que pasar -¡cómo no!- por el ejercicio de la penitencia sacramental y extrasacramental, o sea, por el confesonario y por otras mil formas de renuncias, austeridad y pacificación. Así el Año Jubilar será un itinerario de indulgencia que es perdón y de nueva vida que es paz y santidad. Las gracias propias de esta ocasión privilegiada de remozamiento espiritual se podrán obtener cumpliendo las condiciones acostumbradas (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa) y participando en celebraciones en la Catedral, en el Santuario de la Virgen del Camino y en los lugares de San Froilán en Valdorria, donde él fue anacoreta y abad durante varios años. Además el señor obispo ha elegido otros doce santuarios marianos donde también será posible alcanzar estos beneficios: de Carrasconte, de Pandorado, de Camposagrado, del Buen Suceso, de Manzaneda, de Villasfrías (tierras del Condado), de los Remedios (Barrillos de las Arrimadas), de Riosol (Maraña), de la Velilla, de Yecla, de Gracia (Mansilla de las Mulas) y de la Vega (Cimanes de la Vega). Los ancianos y enfermos tienen un tratamiento particular: podrán beneficiarse asociándose con el deseo a quienes participan en las visitas o peregrinaciones, con el rezo del Padrenuestro y del Credo ante una imagen de la Virgen o de San Froilán o, si ni eso pueden, ofreciendo al menos sus enfermedades y molestias por los planes santificadores de Dios. Dejemos más datos para otras entregas, que bien merecen la pena. Otros leves apuntes. Felicitación para la feligresía de La Faba que gracias a mecenas alemanes pueden contar hoy, al pie del Cebrero, con una iglesia parroquial que es un primor, y para D. Francisco Beltrán, párroco de San Antonio, en Ponferrada, de donde lo era desde los años sesenta, por su jubilación. El miércoles, día 6, el Seminario Mayor de León abre el curso, con una lección de D. Teodomiro Álvarez sobre la música como forma bella de confesar y celebrar la fe. La Universidad lo abrió ayer mismo. Por lo civil, pero con capisayos. Que eso es el laicismo.

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