Diario de León

El león que tragó una guitarra

Decenas de niños leoneses aprenden a interpretar la lengua de la arquitectura de la mano de Luis Mansilla, autor junto a Emilio Tuñón de los proyectos del Auditorio y el Musac

León

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Un gran león camina hacia el centro de la ciudad, y a la altura de San Marcos vuelve la cara para contemplar la gran obra del parador. La observa a través de sus cuarenta ojos, cuarenta formas de ver la vida que se unen en un proyecto común. El león se ha tragado una guitarra, por eso tiene las tripas de madera y en su interior casi siempre suena la música. Cientos de ojos abiertos como platos contemplan al arquitecto Luis Mansilla, que megáfono en mano transforma el edificio del Auditorio Ciudad de León, diseñado por él y por Emilio Tuñón, en un ser vivo que forma parte de la ciudad, que forma a la vez ciudad y ciudadanos. Así es la arquitectura para estos dos jóvenes madrileños, que cosechan uno detrás de otro galardones con los dos proyectos realizados en León, el Auditorio y el inacabado Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac). «La arquitectura es un lenguaje, cuando aprendes sus claves eres capaz de entenderlo». Ayer 150 escolares leoneses, de las Anejas y los Agustinos, descubrieron un nuevo lenguaje gracias a la iniciativa del Colegio Oficial de Arquitectos de León, que ha organizado dos concursos de dibujo con motivo del Día Mundial de la Arquitectura: uno sobre el Auditorio y otro sobre los edificios de servicios del Campus de Ponferrada, obra de Belén Martín Granizo y Daniel Díaz Font. Decenas de escolares perplejos buscaban caracoles arquitectónicos en los recobecos del Auditorio de la mano de Mansilla. «La primera vez que vas a coger caracoles a una playa sólo ves arena. Luego te enseñan cómo se esconden, qué colores adoptan, dónde les gusta posarse,... y de repente toda la playa se llena para tí de caracoles». Caras curiosas se asomaban por las ventanas de la fachada del edificio, recorrían pasillos y escenarios, miraban luces y tramoyas,... Encontraron los caracoles, y también sorprendieron con su manera de percibir la realidad. «Ha sido como un intercambio», comentó el arquitecto. «Es muy gratificante ver cómo se asoman al edificio como si fuera un mundo por descubrir». Un mundo en el que la arquitectura no es un hecho aislado, sino un proyecto social: «Una forma de ver la vida que respeta las opiniones individuales, pero que sólo tiene sentido cuando se une en el acuerdo». Esta lección de arquitectura, que se ha grabado para servir de guía a visitas futuras, porque la experiencia se repetirá, fue seguida por el presidente del colegio de arquitectos, Rafael Santamaría; el concejal de Cultura, Alejandro Valderas, y el director del Auditorio, Daniel Sanz.

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