Ese desfile

EXTRAÑOS tiempos éstos, en los que las actuaciones o decisiones normales y corrientes requieren explicaciones y justificación. Pascual Maragall se ha visto en la necesidad de defender que hoy, 12 de octubre, acuda a Madrid y asista a la celebración del Día de la Hispanidad y al desfile de las Fuerzas Armadas. Pero así es porque sus socios de gobierno habían discrepado de su decisión, y el molt honorable ha debido argumentar que «el acto ha cambiado», que ya no es la afirmación de un Estado prepotente, y sugiere que el Gobierno de España, a su vez, participará el próximo viernes, el día 15 exactamente, en el homenaje a Companys en Cataluña. De manera que se ha llegado a producir todo un temporal, una tormenta, en el seno del gobierno tripartito catalán por causa del anuncio efectuado por Maragall a Bono de que acudiría al desfile. Los socios de ERC y de IU-C reaccionaron poco felices al anuncio del president . No es menos cierto que Bono se lo ha puesto difícil a no pocos demócratas, al incluir en el desfile a una representación de la División Azul, nada menos. ¿Sabe Bono qué fue la División Azul, invento del Franco más guerrero, y que su razón de ser fue, exactamente, ayudar al fuhrer Hitler? ¿Qué tiene que ver la División Azul con la liberación de Francia de los nazis? Pues bien, Maragall se ha animado a contemplar ese singular desfile y viene, se supone, a codirigir con Zapatero ese desfile que presidirán los Reyes, sencillamente porque «nada de lo español le es ajeno», nada de lo español quiere que le resulte ajeno, sino todo lo contrario: él codirige, copreside, copatrocina la estabilidad de la política nacional, ni más ni menos, y si eso supone tener que viajar a Madrid, se viaja, y si hay que convencer de la bondad de la iniciativa a los socios, se les convence... Para Maragall el gran argumento es que la celebración de este año no es como en años anteriores. Y además, tres días después del desfile al que él acuda, habrá representación del gobierno de la nación en el homenaje a Lluis Companys en el día que recordará su fusilamiento, el 15 de octubre. Carod mantiene su discrepancia. El republicano independentista sigue sosteniendo que nadie debiera ir a Madrid en nombre de Cataluña, y mucho menos a una fiesta, porque nada hay que celebrar ni festejar.