Telebasura
¿QUÉ HA OCURRIDO para que un asunto como el de la telebasura haya tomado carta de naturaleza y se encuentre entre los temas urgentes que tiene sobre la mesa el presidente del Gobierno, el Defensor del Menor, el Defensor del Pueblo? Simplemente que las cosas en televisión han llegado a un punto que obliga a la reflexión no sólo por parte de los políticos sino también de los ciudadanos. Una cosa es la crónica del corazón o del mundo rosa y otra muy distinta lo que se ve y oye en determinados programas. El problema es ahora saber quién pone el cascabel al gato. Quién es el que sin mermar la libertad de expresión es capaz de convencer a los programadores para que adopten medidas que rebajarían considerablemente su cuenta de resultados. Lo está intentando el actual equipo de Televisión Española y de Telamadrid, con el riesgo que eso entraña. Riesgo que están dispuestos a asumir para que nadie diga que no hay alternativa a quienes se empeñan en rebajar peldaño a peldaño el nivel de la televisión. Dar cabida, tiempo y dinero a personas cuyo único mérito es contar que se han acostado con fulanito o menganito, sin que aporten una sola prueba de que lo que dicen es cierto, es antiperiodismo puro y duro. Una barbaridad, cuando a la mayoría de la gente que vale profesionalmente, que hace cosas dignas de resaltar, se le niega el pan y la sal sólo porque no venden. ¿Qué quiere decir que no venden? Qué al público no le interesa saber qué hacen los grandes actores, investigadores, cantantes, escritores... Sólo los asuntos de cama, las historias sórdidas, tienen el favor del respetable, tal y como demuestran los altos indices de audicencias de estos programas. ¿De quién es la culpa? Me preguntaba hace unos días una amiga. De todos, sin excepción. De los directivos de las cadenas, de los presentadores,de nosotros los periodistas, y de los espectadores. Creo no equivocarme si digo que los que más daño han hecho son los de Gran hermano . Un tugurio desde el que se exporta a la mayoría de los tertulianos-voceros que hoy aparecen en televisión. Pero siendo esto grave, lo que más me extraña es que las asociaciones de mujeres, de amas de casa, las feministas, las políticas, no protesten sobre la imagen que se está dando de la mujer en la televisión.