La mujer sigue siendo maltratada

ALGO NO ESTÁN haciendo bien los padres de la patria. Como un solo hombre y como infinidad de mujeres, en el Parlamento se decreta la ley que tiende a impedir que el homo-bestia se ensañe con la dulcísima Eva de nuestra ventura. Y al mismo tiempo que los diputados levantaban los brazos expresando su decidido propósito de no seguir tolerando que el hombre siga siendo un lobo para la mujer, éstos los maltratadores , los devoradores, los primitivos, los elementales, los bestiarios, siguen matando y matando a sus compañeras del alma compañeras, como si les pagaran por ello. León que, pese a sus perezas intelectuales, ha sido siempre un país poblado de gente sensata y de mujeres buenas, se ha convertido en tierra sagrada donde se dan las víctimas más propicias para saciar los instintos de los maltratadores. Y dos muchachas, todavía colgadas de los veinte años, que es el tiempo de la esperanza, fueron acosadas por un miserable, pequeñajo además y con cara de expulsado del seminario y vejadas, asesinadas y violadas. Y todos los leoneses, incluso los más cerrados en si mismos, se han estremecido y han dirigido sus demandas hacia los legisladores, para reiterarles aquella frase tan definitiva, que Ortega empleara para definir una cierta forma de política: «¡No es eso! ¡No es eso!. A lo que importa añadir para esclarecimiento de nuestros deseos más fervientes: «No es así, por muchas leyes que promuevan, por mucha vigilancia que establezcan en torno a la mujer, por muchos dineros que empleen en el montaje del dispositivo sancionador, no es así, no es mediante prédicas morales ni por supuesto construyendo cárceles confortable, como esta plaga bíblica de la persecución y muerte de la mujer sea descartada de la sociedad. Algo más radical, si se quiere, hay que inventar para su aplicación inmediata, de modo que no sea posible que se produzcan hechos como el de ese miserable británico, afortunadamente ya en prisión, el cual ha declarado por escrito, que no tan solo asesinó a su compañera, sino que se le comió. Este animal carpetovetónico que dedicó el tiempo libre que le concedía una ley misericordiosa, «para ver si se enmendaba», decía el señor juez responsable al concederle una vacación de algún tiempo en vista de su buen comportamiento, y que dedicó su libertad para asesinar a dos mujeres, pone de manifiesto que efectivamente no es eso, no es eso. No es concediendo vacaciones pagadas a los maleantes pervertidos como estos van a respetar siquiera a la mujer. No es instrumentando leyes veniales para la recuperación social de estos matadores como al fin se conseguirá la constricción de estos seres encanallados, ni el levantamiento de centros de reclusión mas previstos para el descanso del guerrero como para penitencia del asesino, como se conseguirá erradicar el mal. Algo estamos haciendo mal. Y esto que hacemos mal y que tan gravísimas consecuencias conduce, puede ser lo que creemos que hacemos bien. Un poco en broma, pero con un profundo espanto en el fondo, cabe declarar que nos estamos insertando en la hora y costumbres de la mujer «con la navaja en la liga» quiero decir y digo que acaso, tan vez, quien sabe, en vez de dotar a las mujeres amenazadas de relojes para avisar a los guardias, resultara mas eficaz conceder a la mujer en ascuas, permiso de armas blancas. 1397124194