La cadena de seísmos ha sido la más devastadora de la última década.
Todos los epicentros de los temblores telúricos se registraron en la provincia de Niigata.
Los efectos fueron catastróficos, según el Servicio Meteorológico, por tratarse de varios seísmos poderosos seguidos.
Ojiya, Nagaoka y Tokamachi fueron las ciudades de Niigata donde se vivieron mayores momentos de terror, con carreteras que se abrieron ante los viandantes y sepultaron viviendas.
Según los técnicos, es la primera vez que se registran cuatro terremotos seguidos de magnitud seis en la escala japonesa que tiene su límite en siete.
El Tokin-325, un tren bala descarriló entre las localidades de Urasa y Nagaoka, aunque no hubo heridos entre los pasajeros. Es la primera vez que sucede que comenzó a circular hace 40 años.
Los equipos de rescate trabajaron desde las primeras horas en la búsqueda de supervivientes.
Se calcula que alrededor de 76 casas se han venido abajo en la provincia.
Niigata es una zona rural y montañosa a 250 kilómetros al noroeste de Tokio, donde también se dejaron sentir los seísmos.