Un hospital resolverá si mantiene vivo a un bebé enfermo terminal
Wyatt, la madre del otro niño afectado con el síndrome de Edwards
Por segunda vez en un mes la Justicia británica autorizaba a los médicos a decidir sobre el futuro de un bebé enfermo terminal. El pasado día 7 el Tribunal Supremo permitía a los médicos que dejaran morir a la niña de 11 meses, Charlotte Wyatt, si sufría un paro respiratorio. Ayer la Justicia llegaba a la misma conclusión en el caso del pequeño Luke WinstonJones, que padece un desorden genético conocido como síndrome de Edwards y al que según los médicos le quedan pocos meses de vida. La jueza Elizabeth Butler-Sloss indicó que la última decisión sobre la vida del pequeño debe corresponder a los médicos del hospital infantil Andel Hey de Liverpool, aunque subrayó que el pequeño debe tener la opción de recibir un ligero masaje cardíaco si es necesario para aliviar el dolor o resucitarle. La jueza indicó durante la lectura de su fallo que «es importante que tanto hospital como familiares, en particular la madre, pasen la página y avancen». Los médicos han prometido a la madre, Ruth, que asistirán al bebé con máscaras de oxígeno en caso de una deficiencia respiratoria, pero que no ayuda al bebé que se le aplique un «tratamiento más agresivo» para evitar su muerte. La madre insistió en que no se le debería dejar morir a su hijo sin presentar batalla. No sobrevivirá El síndrome Edwards consiste en la presencia de un cromosoma adicional 18 en cada célula. Sus síntomas son entre otros un lento desarrollo, retraso mental, defectos renales y malformaciones cardiacas. Existen tres tipos de síndrome, el tipo completo, tres cromosomas 18 en cada célula (los afectados no sobreviven la infancia); forma mosaico, algunas células cuentan con dos cromosomas 18, y forma parcial, en algunos casos se produce una copia extra del cromosoma 18, por lo que no superan el año de vida.