La ayuda española por el «Mitch» está sin ejecutar seis años después

El huracán Mitch dejó en octubre de 1998 un rastro de al menos 11.000 muertos, casi cuatro veces más que en los atentados terroristas del 11-S. Nicaragua, entre otros países, clamaba e instaba la llegada de ayuda urgente para mitigar los efectos de una de las mayores catástrofes humanitarias de las ultimas décadas. Pero no toda la cooperación llegó con la celeridad que se precisaba. Seis años después, una de las principales partidas que remitió España para paliar aquel desastre natural no ha llegado a ejecutarse. Del crédito aprobado por el Gobierno de 26 millones de dólares para mejorar las comunicaciones viarias de la zona desgastada por el huracán sólo se ha gastado un 2% de ese montante. Y la empresa que se encarga de acometer la obra calcula que no se completará el gasto y la tarea durará hasta noviembre del 2005. Es decir, lo que era una ayuda para una situación de emergencia se ha convertido finalmente en un entramado burocrático que no ha cumplido el objetivo marcado. «Se trataba de un crédito para una emergencia que exigía colaboración rápida que no ha desaparecido, pero que no se ha cumplido por anomalías y procesos burocráticos», explica Marta Arias, coordinadora del informe La realidad de la ayuda , que anualmente edita la oenegé Intermón Oxfam. Exceso de burocracia En ese documento se desvela esa incomprensible demora de esos fondos, retraso que la organización atribuye a que se distribuyó con cargo al Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD), una fórmula que establece la cooperación como un medio para que empresas españolas puedan realizar actuaciones -exportaciones- en países por desarrollar o en situaciones de crisis; pero esos dos términos (apoyo a las empresas españolas y contribución al desarrollo) casan muy mal. Funciona ese sistema desde comienzos de los 70 y ha gestionado ya 8.500 millones de euros para un millar de proyectos. Se desconoce en qué estado de ejecución se encuentran. Por eso la mayoría de oenegés reclaman al gobierno que se empleen otras fórmulas para que la ayuda para emergencias no llegue, como en Nicaragua, con casi una década de demora. El informe pone de manifiesto además que España es uno de los países ricos que menos ayuda aporta a las denominadas regiones menos adelantadas; apenas va el 0,04% de su producto nacional bruto. Sólo está por delante de Grecia y Estados Unidos. Noruega o Dinamarca, por ejemplo, destina el 0,34%. También se denuncia el «bajo peso» que el Gobierno español ha concedido a las zonas con mayor incide de pobreza del planeta, como son África subsahariana o Asia meridional. Al continente negro sólo llega el 4,3% de la ayuda española para cooperación.