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Publicado por
León

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Los males del sistema sanitario de los países de Europa oriental tienen mucho que ver con su incapacidad para generar ingresos en una situación de creciente demanda de servicios de salud. La crisis general, los salarios reales decrecientes, las elevadas tasas de desempleo y la larga sombra de la economía subterránea (que representa el 50 por ciento de la real) se conjugan para dificultar la financiación sanitaria. Desde una perspectiva puramente económica, Kanavos apuntó que las soluciones deben llegar por vías como la redirección de los pagos informales, la compra de servicios en condiciones de coste-efectividad y la introducción de sistemas de pago relacionados con la eficacia. En este ámbito, el experto sugirió enfrentar tres retos: la mejora de los servicios hospitalarios (España tiene la mitad de camas que la mayoría de nuevos miembros de la UE, donde hay excedentes de ellas que deberían ser cerrados para no resultar ruinosas), la reestructuración de esos servicios para adecuarlos a sus necesidades reales y el fortalecimiento y modernización de la asistencia relativa a la atención primaria. Panos Kanavos cree que se impone una reforma a fondo del sistema. En este sentido señaló que mientras persista el uso generalizado de tratamientos poco efectivos cualquier incremento en la financiación sanitaria sólo servirá para «aumentar el desperdicio de fondos más que para conseguir mejoras sustanciales en salud». Para Kanavos, la acción más urgente es «cambiar actitudes y estructuras». La Europa de los Quince abríó sus puertas a estos diez nuevos países el pasado mes de mayo. Así, la Unión de los Veinticinco han convertido este espacio europeo en la primera economía del mundo y en la tercera potencia demográfica, con 450 millones de habitantes, sólo superada por las naciones de China e India.