Diario de León

Siglo XXI: individualismo, agresividad y competitividad

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

La cultura anglosajona está imponiendo cada vez más sus valores al resto del mundo, que encajan perfectamente con el individualismo, la agresividad y la competitividad que caracterizan los rasgos dominantes de este inicio de siglo. Y, al hacerlo, ha denigrado a valores de segundo orden algunos de sus opuestos. A la persona que necesita compañía (y tiene el coraje de expresarlo) se la tilda de dependiente. A las que dedican esfuerzos a mejorar la calidad de sus relaciones personales se las considera poco productivas, entendiendo la producción en el sentido más material. Y, en definitiva, a todo aquél que valora las relaciones y la solidaridad, hay una cierta tendencia en nuestra sociedad a considerarlo como alguien débil en la lucha encarnizada que supone la vida «en la jungla» (mercados económicos, libre competencia). La cultura anglosajona desarrolló la «razón instrumental» y la latina la «razón comunicativa». La cultura protestante produciría más cosas, pero también más autoreflexividad neurotizante y la católica perdería en productividad, pero se ahorraría los extravíos hiperreflexivos. La gran pérdida para la cultura latina es que está cambiando la razón comunicativa por la razón instrumental; porque este modelo, como lo hacen todos, no sólo actúa en el terreno económico de donde surge, sino también en los ámbitos políticos, sociales y culturales. Por ejemplo, se considera indicador de un trastorno de personalidad por dependencia una mujer que se siente desvalida cuando acaban unas relaciones íntimas. En cambio, no se considera como trastorno el caso del ejecutivo agresivo que es incapaz de establecer relaciones de calidad, de identificar y expresar sus emociones, y que tiende a utilizar el poder, el silencio o la retirada en los conflictos interpersonales, en vez de negociar y tener en cuenta a los demás. La violencia es un síntoma, no la enfermedad, la enfermedad se llama neoliberalismo y está calando muy hondo.

tracking