Acebes sostiene que el acto supone una «agresión a los católicos y al sentido común»
La Iglesia califica el bautizo civil de «estupidez» y el PP de «payasada»
El arzobispo de Toledo cree que la postura eclesiástica defiende los derechos humanos
El arzobispo de Toledo y Primado de España, Antonio Cañizares, calificó este lunes en Toledo de «estupidez radical» hablar de «bautismo civil», en referencia a la primera ceremonia de este tipo celebrada en la localidad catalana de Igualada. Para la Iglesia Católica, el bautismo es un sacramento religioso, y cualquier remedo del mismo por la vía civil carece de todo sentido. «Que haya una inscripción y que le quieran dar una solemnidad es como si quieren hacer un baile. Me da lo mismo pero, ciertamente, es una estupidez llamar a eso bautizo», recalcó Cañizares. También se oyeron voces críticas en el Partido Popular. A juicio de su secretario general, Ángel Acebes, el bautizo civil celebrado la semana pasada en el Ayuntamiento de Igualada con lectura de pasajes de la Constitución y de la Carta de Derechos del Niños de Naciones Unidas representa una «agresión a los católicos y una agresión al sentido común». «Es una payasada», recalcó. El Primado de España, que asistió a la firma de un convenio entre el Arzobispado y el Ayuntamiento de Toledo, también se refirió a la campaña promovida por la Iglesia contra algunas medidas anunciadas o puestas en marcha por el Gobierno central, como los efectos en la asignatura de Religión de la próxima reforma educativa o la futura ampliación del aborto. «Medidas como legalizaciones previsibles de eutanasia o de ampliaciones de aborto o de manipulación de embriones, que son seres humanos, no es apostar por el hombre y hay que decirlo claramente», señaló. Monseñor Cañizares recalcó que esta campaña no es un acto político contra el Gobierno sino un acción a favor de los derechos del hombre que responde a su obligación de «mostrar a los creyentes la verdad de la fe y la moral cristianas». «Si (la Iglesia) guardase silencio, iría en contra de la sociedad y el hombre». La asignatura de Religión En cuanto al trato que recibirá la asignatura de Religión con la nueva reforma educativa, Antonio Cañizares, presidente de la Comisión de Enseñanza de la Conferencia Episcopal, pidió públicamente al Gobierno central que respete los acuerdos entre el Estado y la Santa Sede de 1979 para que la Religión siga teniendo un tratamiento equiparable al del resto de materias lectivas. «Respeto la aconfesionalidad del Estado absolutamente pero la aconfesionalidad del Estado supone también el respeto a todas las confesiones y creencias, también a la católica». Por otra parte, el sacerdote jesuita José María Díaz Moreno, que participó hace 25 años en la negociación de los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español, dijo ayer que con el actual Gobierno, las relaciones entre el Estado y la Iglesia son «absurdamente conflictivas». En relación a la financiación que el Estado da a la Iglesia, «se ha empezado a lanzar una serie de afirmaciones que no se prueban y que no están ayudando a generar un clima de serenidad», dijo. Por ello, consideró que «se necesitaría ajustar lo que está acordado para una revisión, porque todas las cosas no son eternas y el cambio que ha habido desde que, hace 25 años, se firmaron estos acuerdos, es muy fuerte».