CORNADA DE LOBO
Patroneando
NO HAY SANTO que no tenga vísperas ni oficio perdulario que no tenga patrón. Incluso figuran patrones celestiales para oficios que ya ni existen. Los mulateros, que no se sabe si son los que cuidan mulas o vigilan mulatos, tienen a san Vintiro por protector. Tomo el dato de ese popular taco de calendario que es un vademecum de santorales, reflexiones piadosas, consejas, ortos y ocasos; El Mensajero se llama. En una de sus hojitas de setiembre (siempre lo ponen sin la pe) se ofrece un breve listado de veinte patronos y protectores de los cuatrocientos o más que figuran en la burocracia vaticana de tutelas y milagros. Ahí se indica que el patrono de leñadores y aserradores es san Egidio; y el de los orfebres (además de san Eloy), san Dunstán. Los armeros también tienen el suyo, san Marciano (que viene de Marte, el dios de la guerra, claro). Curioso lo de los carpinteros; tienen dos patrones, a elegir: san José o san Jaime Besico. El de los encargados de correos es san Adrián. Llama la atención el siguiente: santa Juliana, patrona de las queseras y requesoneras (se deduce que habrá de existir uno para queseros y requesoneros, con lo que se demuestra que la Iglesia se adelantó al todos y todas estableciendo la igualdad de géneros, pero en desigualdad de patronos, tela). Lo mismo ocurre con las tintoreras; santa Lidia es su patrona. Los matarifes y carniceros tienen a santo Tomás de Florencia. San Macario es el de los pasteleros y confiteros. Sorprende el caso de los picapedreros; tienen nada menos que tres patronos (san Martín, san Félix y san Leto), quizá porque blasfeman mucho mazándose el dedo y no hay quien les meta en el cielo. De los sobrestantes y administradores es san Pusicio; san Vítor, de los viticultores. De zapateros artesanos son san Crispín y san Crispiniano; pero, atento al dato, los zapateros remendones (que son ralea de otra estofa) tienen uno distinto, san Otón. Y hasta los carceleros tienen patrón (falta les hará), san Josías. San Gilda es el de los fundidores; san Timeón, de los grabadores. Los porteros (¿de cancha o de finca urbana?) tienen dos, san Irineo y san Linfardo... De todos los patronos, un tercio está en paro por extinción de artesanías, otro tercio duerme porque nadie les reza y el resto está en regulación de empleo... El rapto mágico y fetiche de la religión reside en todos ellos.