Diario de León

El paisanaje

Timba del concejal «subastao»

Publicado por
Antonio Núñez
León

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HASTA que apareció la UPL la política municipal de León, incluído el Ayuntamiento de la capital, se dirimía en los plenos a la brisca y a la gresca entre PP y PSOE, de modo que el que tenía más concejales arrastraba, le cantaba las cuarenta al otro, pintara el asunto que pintara, daba igual que fueran bastos o licencias de obras en oros, y punto. El que ganaba la brisca ya contaba con que el otro le iba a montar la gresca, pero así ha sido siempre la vida en los democráticos bares de pueblo. Ahora, sin embargo, en la timba del poder municipal se juega a la subasta, deporte de mesa cazurro donde los haya, en el que, como ya se sabe, juegan más de dos y casi siempre es el tercero quien decide el cante sobre el tapete y ahí se acaba la partida. Las apuestas deben estar muy altas en el Ayuntamiento de León, donde hay subastaos nada menos que cinco concejales de la UPL, que amenazan con romper un día sí y otro tal vez los pactos de gobierno. Y se dice que el alcalde socialista Francisco Fernández, lo mismo que el ex alcalde popular Amilivia, ya no saben ni cómo barajar. Sobre si cambian los pactos o no, los mirones vemos así la jugada. Si la alcaldía vuelve al PP, los concejales leonesistas, o por lo menos unos cuántos, van a acabar fagocitados por el partido de Herrera, estilo Luis Aznar, aquel del CDS que le guardó la viña a Lucas cuando la pelea con Pérez Villar, a cambio de lo cual fue generosamente recompensado con un sillón en la Junta y un coche oficial de por vida. Que le aproveche. Y, si se mantiene la alcaldía de Fernández, el del PSOE, la digestión de la UPL a medio plazo va a ser también brutal porque en la izquierda lo que sobra es gente haciendo cola en defensa de León con Zapatero en La Moncloa. Como mucho podrían dejar que se les colara el leonesista Schröder, después de la cumbre del lunes en San Marcos, una vez que se despeñe electoralmente en Baviera, según todas las encuestas. Se dice también por ahí -y debe ser verdad porque, cuando el Bernesga suena, agua lleva, cosa rara- que para apuntalar los pactos del Ayuntamiento se están ofreciendo opíparos cargos en empresas públicas o semipúblicas, da igual Caja España que el Monte de Piedad, a fin de que Rodríguez de Francisco y la otra concejala rebelde de la UPL, Covadonga Soto, le deje el campo libre del leonesismo al procurador Otero, el concejal Chamorro y compañía. Tras lo cual es también probable que el presidente de la Junta, señor Herrera, suba la oferta del PP para que apoyen a Amilivia porque ancha es Castilla. Mientras tanto los jugadores se lo piensan y la afición de la tasca municipal se aburre. Había prometido Otero cuando empezó a deshojar la margarita, allá en primavera, que se decidiría después del verano entre el PSOE y el PP, Fernández y Amilivia, lo quiero, no lo quiero, etcétera, luego por San Froilán, más tarde por los magostos de noviembre, se barajó a mayores la fecha de Todos los Santos y ahora para diciembre, si bien no se sabe aún si será cuando la Purísima, los Inocentes, en Nochebuena o se va a retrasar otra vez el parto. Tal vez caiga por Reyes. Pactar con la UPL siempre ha sido una lotería en cualquier fecha: si no les toca el gordo esperan al niño y en paz. Siempre tienen un décimo. Convendría aclarar, no obstante, qué les ofrecen PSOE y PP para no acabar de decidirse en esta interminable partida del concejal subastao , más que nada porque los que invitan al café, copa y faria somos los demás, o sea los contribuyentes, que ven ya demadiados ases econdidos en la manga. Y no vea usted cómo se arremangan todos a cenar para decidir la cuestión por el bien de la ciudad. Puestos a jugar se avisa desde el electorado a la UPL que existe también una variante de la briscay el subastao en la que no todo es jugar a medias tanteando al rival que lleva los mejores triunfos. Los que somos de pueblo, y no de piso, ignoramos cómo lo llaman en el casino de la capital, pero en el bar de la casa parroquial se le conoce vulgarmente como «la putada» o «tute cabrón», y consiste básicamente en que pierde el de en medio. Silos subastaran para trabajar en la empresa privada, cada cual por lo que vale en méritos, experiencia, dedicación, lealtad y demás, nadie daría un duro por ellos, según opinión de mi patrón y de la Fele, que algo entienden de eso. Pero, como paga el Ayuntamiento, hay que exigir, por lo menos, que la UPL salga a subasta pública -en lote o en partes- por aquellos de saber cuánto nos va a costar a cada leonés en impuestos. No es frecuente, pero, con las cartas en la mano, a veces conviene a los que más llevan poner cára de póker, en este caso el PP y el PSOE, repartir y quedar a pré. Tal que así ve uno de mirón la timba municipal a falta de las diez de últimas.

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