Desde el 29 de octubre, estar en Babia es pisar también una de las 460 reservas de la Biosfera que hay en el mundo. Y una de las veintesiete que hay España.
El reconocimiento es el mismo que para el bosque de Yellowstone, en Estados Unidos, el monte Olimpo de Grecia, Islas Galápagos en Ecuador, Serengueti?Ngorongoro en Tanzania o el delta del Danubio en Rumanía.
El río luna, que riega la comarca, nace en el extremo suroccidental de Babia, de la unión de los arroyos de Valmayor y Peñalba.
Babia se extiende al norte de León por 38.017 hectáreas que lindan con Asturias.
Babia es la segunda más extensa de la Gran Cantábrica después de Picos de Europa y aporta a la biosfera 650 especies vegetales, de las que 39 son endemismos.
También cuenta con 129 especies animales, el 50% incluídas en el catálogo nacional de especies amenazadas y una, el oso pardo, en peligro de extinción.
Cabrillanes y San Emiliano son los dos municipios de Babia. Babia de Arriba y Babia de Abajo. Son 28 pueblos, catorce por cada ayuntamiento, y no suman dos mil habitantes: 1.125 de Cabrillanes y 850 de San Emiliano.
Evitar que en el futuro Babia torne en un paisaje muy distinto al heredado hasta el siglo XXI, es uno de los objetivos de la reserva de la Biosfera.
A pesar de la galopante despoblación ningún pueblo queda vacío en invierno. Entran las nieves y cierran los puertos de Ventana y de Somiedo y la gente resiste.
Quejo y Cacabillo, los dos barrios de La Cueta, nunca llegaron a vaciarse en invierno.
En Huergas está la única escuela de Babia. El curso pasado se clausuró la unitaria de Piedrafita de Babia y en catorce años cerraron también las de Abelgas, en Luna, San Emiliano y Quintanilla.
Daniel Martínez. 70 años al frente del bar de La Cueta.
La recuperación del patrimonio en Babia es otro de los objetivos de la reserva de la Biosfera.
Los criadores de caballos están convencidos de que su actividad va a ayudar a potenciar la recién declarada reserva de la Biosfera de Babia.
Uno de los cementerios de la comarca.
El abedular de La Majúa con el piornal a los pies. Son señeros también el hayedo de Torrebarrio, a las faldas de Peña Ubiña, y los abedulares de Riolago, Villasecino. y Truébano, además de los robledales
La artemisia cantábrica también es muy conocida entre los habitantes babianos.
La «Centaurea janeris» subespecie babiana con sus pétalos en forma de hilos morados.
Iglesia de Carrasconte.
Iglesia de Pruneda, al fondo.
Laguna de los Verdes.
Laguna de Riolago, también conocido como lago del Chao.
El mastín leonés es la raza canina más representativa de la comarca.
Paraja de Peña Ubiña
En Babia hay 39 endemismos que deben su vida a la actividad ganadera. La «Petrocoptis glaucifolia» desafía la ley de la gravedad.
Ranunculus seguieri.
Ranunculus parnassifolius.
Saxifraga babiana.
Supervivium cantabricum.
La «Espergula rimarum» es una de las especies endémicas que se da especialmente en Babia.
Villafeliz de Babia desde los montes de Truébano.
La «Centaurium somedanum» aporta este intenso color al paisaje de Babia.